Inicia Uber su división de transporte de carga

Se empezaron a ver las primeras señales hace algunos meses, confirmadas por el lanzamiento del camión autónomo de Uber conocido como Otto, pero no ha sido hasta hoy que la californiana ha confirmado su puesta en marcha de su versión de gran tonelaje. Publicado en Product Hunt, Uber Freight ya ha empezado a formar parte de la gran familia de la compañía de Kalanick.

La historia comenzó con la compra de una gran empresa de camiones a mediados de este mismo verano. Adaptarla a las necesidades y a la estructura de operaciones de Uber era cuestión de tiempo. El objetivo a largo plazo es el mismo que el que quieren instaurar en el transporte por las ciudades: vehículos sin conductor que eliminen la fricción tanto como sea posible. Otto, el camión autónomo de la compañía, fue el primero en vivir una experiencia piloto dentro de los de su clase: 120 millas de trayecto transportando cerveza sin ninguna intervención humana.

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Pese a que su intención es centrarse en vehículos autónomos, de momento, buscan todo tipo de camiones de carga.

Sin ser tan llamativo como lo que atañe al negocio del transporte de pasajeros en las ciudades, si se piensa de forma fría, el de las mercancías es un negocio de gran potencial. Incluso las grandes tecnológicas necesitan de estos grandes vehículos para operar en sus respectivos sectores. Sería el caso de Amazon que, sin sus productos en el almacén, no sería ni la cuarta parte de lo que es ahora.

En cualquier caso, Otto sólo fue la punta del iceberg, y es que para ver normalizados este tipo de camiones aún queda mucho tiempo. De momento, la actualidad dice que Uber Freight es todo un marketplace para camiones. Es decir, al igual que la aplicación madre, lo que hacen es poner en contacto a transportistas y mercancías; bajo las leyes de la oferta y demanda y con Uber cobrando una comisión de entre el 15 y el 20% del servicio, la empresa ya está montada.

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Una nueva idea de Uber en su intento de colonizar la región del transporte, del tipo que sea, pese a que de momento sólo esté en San Francisco y Chicago, apunta a comerse el negocio en nuevas geografías. La ley se repite de nuevo: una empresa de camiones pero que no cuenta con ninguno entre sus activos.