A falta de técnicos de emergencias médicas, un Maine en envejecimiento recurre a inmigrantes

SOUTH PORTLAND, Maine ⎯ Jolly Ntirumenyerwa pasó sus dedos por el estetoscopio que tenía colgado del cuello. Era una conexión consoladora con su profesión como médico en su país de origen, Congo, donde trabajaba en medicina de emergencias.

Sus credenciales no la acompañaron cuando se mudó a Estados Unidos en 2012, y no pudo trabajar como médico. Así que aceptó empleos como asistente de salud en una instalación de vida asistida.

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Ahora, gracias a un programa inusual que está capacitando a inmigrantes para convertirse en técnicos de emergencias médicas (TEM), se está preparando para dar un mejor uso a sus antecedentes médicos y, espera, trabajar para ascender y convertirse en asistente médico, sino es que, algún día, en doctora.

“Quiero hacer aquello para lo que me eduqué, dijo el otro día Ntirumenyerwa, de 37 años de edad, mientras tomaba un descanso de su curso de TEM, que se realizaba en un cavernoso estacionamiento para ambulancias en el Colegio Comunitario del Sur de Maine. “Dediqué muchos años a capacitarme como médico, y no quiero tirarlos por la borda”.

Pero el programa va más allá de ayudar a Ntirumenyerwa a lograr sus objetivos profesionales personales. También está ayudando a abordar algunos problemas graves en Maine.

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Uno es la escasez de TEMs. Otro es la escasez de una fuerza laboral en general, particularmente de jóvenes que puedan ayudar a sostener económicamente al estado mientras su población envejece. Maine es el estado más viejo de Estados Unidos, con la edad promedio más alta y la concentración más elevada de baby boomers, y su tasa de nacimientos está descendiendo; en 2016, solo dos de sus 16 condados tuvieron más nacimientos que muertes.

Economistas consideran a la población en rápido envejecimiento de Maine como un tsunami demográfico que tiene severas implicaciones para la fuerza laboral del estado, el sistema de atención médica y el bienestar económico en general. Pero el estado puede crecer, dicen con más inmigración internacional; aunque eso podría dificultarse más bajo el gobierno del presidente Donald Trump. Gracias principalmente a una pequeña afluencia de inmigrantes, la población del estado creció el año pasado en unas 2,000 personas respecto de 2015, pese a los sentimiento contra la inmigración expresados por el gobernador Paul LePage. Pero el estado registró 1,300 más muertes que nacimientos, una tendencia a la baja en la cual Maine y Virginia Occidental encabezan al país. Como otros estados que están envejeciendo, Maine está pasando apuros para convencer a sus jóvenes de vivir y trabajar aquí.

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Aquí es donde entra el programa de TEMs.

“Con este programa ganan todos”, dijo David Zahn, presidente del departamento de idiomas mundiales del colegio comunitario, que inició el programa.

Dijo que básicamente sumó dos más dos. Los sondeos mostraban que los empleadores, especialmente los servicios de ambulancias municipales y privados, necesitaban más TEMs; otros sondeos mostraban que muchos inmigrantes en el área de Portland están desempleados y tienen antecedentes médicos.

Cuando se anunció el curso de TEMs para inmigrantes, presentaron solicitudes tres veces más personas que los lugares disponibles.

La primera generación es pequeña, con 13 participantes. Pero para Dana Connors, presidente de la Cámara de Comercio del Estado de Maine, el programa es un gran paso en la dirección correcta. “Quizá sea un número pequeño, pero es grande en su mensaje e importancia”, dijo Connors. El programa, señaló, ilustra que existen las oportunidades “cuando reconocemos a los inmigrantes como parte de nuestra solución”.

Paul Froman, el instructor del curso, dijo que no variaba el programa para los inmigrantes, y que deben aprobar los mismos exámenes y satisfacer los mismos requisitos para obtener una licencia que los participantes nacidos en Estados Unidos. Pero debido a sus antecedentes médicos, dijo, los inmigrantes “están informados, y se puede profundizar más”.

David Ngandu, de 33 años de edad, quien también era doctor en Congo y está tomando el curso de TEM, dijo que, en cierta forma, era más fácil tratar a los pacientes aquí que en África debido a la disponibilidad de equipo y suministros.

“Por ejemplo”, dijo, “el oxígeno es muy caro en el Congo. Yo sabía lo que debía hacerse, pero no siempre tenía el equipo”.

El curso es financiado por una subvención para el desarrollo de la fuerza laboral de 29,000 dólares a través del Sistema de Colegios Comunitarios de Maine y la Fundación John T. Gorman, que ayuda a las personas en desventaja en Maine. La mayoría de los inmigrantes no pueden pagar el curso por su cuenta.

Aunque muchos programas de desarrollo de la fuerza laboral ayudan a los inmigrantes a aprender inglés, dijo Zahn, este es el primero del que tiene conocimiento que enseña inglés en el contexto de la capacitación para ser TEM, con participantes que aprenden terminología de alto nivel y un nivel más elevado de inglés que aquellos, digamos, en la industria de los servicios alimentarios.

“Debido a sus extensos antecedentes médicos, tendremos personas en las ambulancias que tienen un nivel de habilidad más elevado” que algunos otros TEM recién capacitados, dijo Zahn.

Y, añadió, el programa podría ayudar a restablecer la sensación de dignidad de un inmigrante desempleado.

“Son médicos”, dijo. “¿Y están limpiando retretes? Estamos aprovechando sus habilidades y haciéndolos entrar de nuevo en su propio terreno”.

Katharine Q. Seelye
© 2017 New York Times News Service