Abogado canadiense descubre conspiración de dopaje, e ira Rusa

Él escribió un informe que ha generado demandas de oficiales de combate al dopaje para que Rusia sea proscrita de los Juegos Olímpicos del mes siguiente en Río de Janeiro. Oficiales rusos lo han llamado mentiroso y parte de una conjura occidental para denigrar a su nación.

Richard McLaren, profesor canadiense de leyes, sentó las bases para la potencial prohibición en contra de Rusia con la divulgación de su informe, comisionado por la Dependencia Mundial Antidopaje, que documentó cómo la elaborada estratagema patrocinada por el estado de Rusia corrompió los resultados de las últimas dos Olimpiadas y opacó numerosas competencias atléticas.

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El Comité Olímpico Internacional dijo recientemente que estaba explorando la posibilidad de una “prohibición colectiva” para atletas rusos en los juegos, pero que esperaría a un fallo de la Corte de Arbitraje para el Deporte sobre el equipo de atletismo de Rusia antes de tomar alguna amplia acción en contra de los atletas del país. Hace unos días, la corte sostuvo la prohibición sobre el equipo de atletismo del país.

El fallo, tras vociferantes negaciones de Rusia e intensa presión de oficiales antidopaje, ha puesto una vez más a McLaren al centro de la arena geopolítica del deporte internacional… enfrentándose, de manera indirecta, en contra de nada más que el Presidente Vladimir Putin de Rusia.

McLaren, de 70 años de edad, parece bien equipado para el desafío. Respetado abogado de Londres, Ontario, ha pasado buena parte de los últimos 15 años concentrado en la ética en el deporte como árbitro en cinco Olimpiadas, así como a través de su involucramiento en muchas averiguaciones y disputas del deporte. Entre estas está una decisiva investigación por dopaje del Béisbol de las Grandes Ligas, que resultó en lo que llegó a conocerse como el informe Mitchell, y una el año pasado para la dependencia antidopaje que arrojó consumo sistémico de fármacos para mejorar el desempeño entre atletas rusos en la Olimpiada de Sochi, en 2014.

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“Es por eso que me eligieron”, dijo en una entrevista esta semana. “Se requiere de mucha experiencia para saber conducir estos tipos de investigación, saber qué se busca”.

A pesar de su reputación internacional, McLaren está mucho más acostumbrado a estar rodeado de sus estudiantes, conocidos como mclarenitas”, en la facultad de leyes de la Universidad Western en Londres, donde enseña cursos de negocios, deporte y derecho bancario.

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En entrevistas, colegas de McLaren lo describieron como un abogado obstinado y ético para aprovechar décadas de experiencia legal y jurisprudencia en el dominio a veces caótico del atletismo, ya sea resolviendo disputas de dopaje como uno de los miembros de la Corte de Arbitraje del Deporte en Suiza, decidiendo casos relacionados con ciclistas y kayakistas para el Centro de Resolución de Disputas del Deporte o investigando acusaciones a nombre de la dependencia antidopaje.

“Él es inflexible en sus principios, pero no es ingenuo”, dijo W. Iain Scott, el decano de la facultad de derecho de la Universidad Western.

Algunos colegas dicen que la amplitud de experiencia le ha dado a McLaren la fortaleza de que las críticas se le resbalen, como la de Dimitri Nosov, judoca olímpico y político ruso, quien dijo que cada palabra que sale de la boca de McLaren “está empapada de mentiras e hipocresía” tras la divulgación del informe recientemente, con base en un informe en el diario ruso Sport Express.

Putin buscó presentar el informe como una conjura enfocada “a hacer del deporte un instrumento de presión geopolítica; formular una imagen negativa de países y pueblos”, con base en una declaración en su sitio oficial en línea.

“McLaren sonaba impasible. “Acepté el trabajo sabiendo que recibiría ese tipo de abuso”, dijo, refiriéndose a las investigaciones de Sochi.

El equipo detrás de la averiguación de 57 días y el documento de 103 páginas incluyó a investigadores profesionales y uno de los ex estudiantes de McLaren, quien habla ruso con fluidez. McLaren dijo que su equipo había empezado a escribir exactamente una semana antes de que publicara el documento, trabajando días de 10 a 11 horas en las oficinas de un bufete legal en Montreal que había ofrecido su espacio.

McLaren, quien nació en Hamilton, Ontario dijo que era un ávido deportista, jugaba básquetbol y futbol a través de la universidad en Western, aunque ahora dice que se ciñe mayormente al tenis. “Siempre he creído con firmeza en la competencia de tipo deportivo”, destacó.

Investigó dopaje por primera vez a comienzos del 2000. McLaren pasó casi un año investigando atletas estadounidenses de atletismo en torno a alegatos de que se había encubierto exámenes positivos de drogas, pero no encontró evidencia alguna de ese tipo.

El trabajo McLaren investigando alegatos de partidos arreglados y dopaje en deportes profesionales ha producido una dosis de cinismo en su perspectiva del mundo. “Veo muchos deportes y resultados deportivos con ojo curtido porque, a veces, sé lo que está ocurriendo tras bambalinas”, dijo.

Ese conocimiento íntimo de la fechoría atlética ha apuntalado su pasión por el arbitraje. McLaren dijo que había accedido a contribuir a fundar el Centro de Disputas del Deporte, organización de arbitraje y mediación, debido a que estaba cansado de ver a administradores deportivos tomando decisiones de equipo con base en favoritismos. “Eso permite que los atletas tengan un sistema independiente que les dé justicia imparcial”, dijo.

Aparte de sus credenciales profesionales, McLaren es un atractivo investigador y árbitro para organizaciones mundiales del deporte por otra razón: es canadiense. “Habría mucha sospecha en círculos geopolíticos si un estadounidense o una dependencia estadounidense tomaran la delantera con respecto a una investigación internacional”, dijo Bill Smith profesor de la Universidad de Idaho que se especializa en asuntos deportivos globales e internacionales. “Algunos países pensarían que Estados Unidos está intentando asegurar su lugar en el podio como en comercio o geopolítica”.

Con base en Smith, Canadá ha trabajado estratégicamente para formar una reputación confiable en deportes internacionales, particularmente a través de sus esfuerzos por acabar de raíz con el dopaje que empezó después de que el velocista canadiense, Ben Johnson, diera positivo para un esteroide prohibido y fuera despojado de su medalla de oro en la Olimpiada de Seúl en 1988.

La geopolítica fue una seria inquietud para la dependencia antidopaje cuando creó una comisión independiente en 2014 para que investigue alegatos de dopaje ruso. McLaren, al lado de otro canadiense, Richard W. Pound, el presidente fundador de la dependencia, y un oficial de policía alemán presentaron un lacerante informe que detallaba un encubrimiento generalizado por parte de atletas y oficiales rusos.

Las investigaciones requirieron de diversas precauciones de intriga y misterio: un sistema seguro de correo electrónico, teléfonos celulares extra seguros y, destacó McLaren, personas de vigilancia que lo siguiera en ciertas ocasiones. “Creo que otros integrantes de mi familia estaban más preocupados por mi seguridad personal de lo que yo lo estaba”, dijo.

Con la investigación concluida en su mayoría, McLaren dijo que ya no podía esperar a pasar el resto de su verano en búsquedas decididamente más discretas. “Planeo ir a la cabaña que alquilé en el lago Huron y subir mis pies”, dijo.

Dan Levin
© 2016 New York Times News Service