Ensenada – La interrupción de un embarazo es una situación dolorosa que poco a poco debe ser superada, tanto física como psicológicamente. El aborto retenido ocurre cuando el feto que se encuentra dentro de la placenta muere y el cuerpo no es capaz de reconocer su pérdida y por ende, no lo expulsa.
La coordinadora del área de Ginecología y Obstetricia del Hospital General de Zona (HGZ) IV No. 8 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Ensenada, Baja California, doctora María Guadalupe Cerritos Martínez señaló que el cuerpo retiene al bebé, la placenta y los demás productos del embarazo durante varias semanas, debido a que el organismo no se ha dado cuenta que el embrión murió y la placenta sigue realizando su función.
Señaló que existen diversas causas que lo provocan, principalmente obedece a una alteración en el número de cromosomas en el momento de la concepción, por trombofilia -conjunto de enfermedades que alteran la coagulación- y por infecciones desconocidas.
Explicó que los síntomas se presentan con pequeñas hemorragias y cólicos abdominales debido a contracciones uterinas. Muchas veces no hay síntomas importantes.
Cerritos Martínez puntualizó que es fundamental la consulta con el especialista ante la aparición de cualquier eventualidad durante el embarazo. El tratamiento depende del estado, y la evolución indica cómo se debe continuar para evitar otras complicaciones.
En cuanto a los riesgos, comentó que son mayores para la salud de la mamá, ya que el feto permanece muerto dentro del útero materno, lo que provoca una hemorragia. Sin embargo, dijo que las complicaciones son mínimas, si el procedimiento se realiza con un equipo profesional.
Si bien un aborto de este tipo no es prevenible, sí la disminución de los factores de riesgo con atención durante la gestación y medidas básicas de alimentación y vida saludable.
