Agoniza la Pequeña Haití y los haitianos lucen desesperados

Tijuana, BC.- La Pequeña  Haití parece haber muerto antes de haber nacido, mientras que los haitianos que permanecen en el templo Embajadores de Jesús se dicen desesperados, tanto que se niegan a dar entrevistas. Ya no esperan que su situación mejore ni obtener un empleo o rentar un espacio donde tengan privacidad.  Sus esperanzas se están desvaneciendo y no hallan una puerta para salir de la situación en la que se encuentran.

Hasta el 12 de marzo, todo era esperanza no obstante que estaban atrapados entre la política migratoria de Donald Trump que los condenaba ya  a la deportación a su país, el rechazo de algunos tijuanenses a las facilidades que se les daban para contar con una vivienda, y un asentamiento ubicado en un cañón peligroso.

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En medio de ese panorama, los haitianos que decidieron quedarse en Tijuana vieron cómo a sus casas de madera a medio construir se les colocaron sellos que advertían que habitaban en una zona de riesgo.
El pastor Gustavo Banda pidió en ese entonces  a las autoridades apoyo para no cancelar la Pequeña Haití y así lo resume en su perfil de facebook:  Hermanos en Cristo les pedimos de sus oraciones para que esta obra no se detenga.

Más aún, advirtió que ha recibido amenazas por apoyar a los extranjeros cuando que en Tijuana, según le dicen, hay otras personas con mayores necesidades, tanto de refugio como de alimento.

Banda Aceves precisó entonces  que vía telefónica había recibido mensajes racistas por apoyar a esta comunidad extranjeras, de personas que ofendían e insultaban a su familia.

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De acuerdo al ministro religioso, surgieron voces que reclaman que los apoyos brindados a los extranjeros, sean también otorgados a los connacionales, e indica que tanto los apoyos en material como el terreno donde se busca construir la nueva comunidad haitiana, han salido de su bolsa, su sueldo y de las donaciones que la denominación religiosa que encabeza ha efectuado.

En dicho contexto,  el presidente municipal Juan Manuel  Gastélum Buenrostro consideró que hay “presuntos apoyadores quienes se están aprovechando de los haitianos, y dicen actuar en buena onda”.

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En ese momento, el alcalde indicó que “lo que pasa es que la gente dice ‘no, yo soy muy bueno y ya, les voy a ayudar’, pero ahí les van a generar un perjuicio y daño muy grave, al rato les crece la corriente, no les puedes llevar los servicios y se va a crear un problema de insalubridad, que es un problema serio”

Y es que a lo largo de la primer semana de marzo,  elementos de la Dirección Municipal de Protección Civil sellaron con etiquetas amarillas las casas de madera que se construyen en un terreno donado por la iglesia Embajadores de Jesús ubicada en el Cañón del Alacrán y que colinda con un arroyo de aguas negras que durante la temporada de lluvias se convierte en un cruce peligroso.

Por ahora buscan solución con las autoridades municipales. De hecho se canceló un recorrido que el presidente municipal de Tijuana Juan Manuel Gastélum Buenrostro realizaría en el punto donde se construyen las primeras 25 casas.

Hoy en la Pequena Haití, las casas que con mucha esperanza comenzaron a construir los afrodescendientes lucen abandonadas. Ya no hay hombres levantando sus paredes ni mujeres esperanzadas en  salir de los albergues para contar con un espacio propio. Los obstáculos puestos por el gobierno de la ciudad y la escasez de material, han devenido en una mini ciudad fantasma.

 

Con información de Juan Arturo Salinas