Alemania defiende la reconciliación con Turquía pero reanuda las críticas

La canciller Angela Merkel prometió este jueves trabajar en un acercamiento con Turquía, en plena crisis diplomática, pero insistió en el respeto de los valores democráticos y denunció las acusaciones turcas de nazismo contra Alemania.

“No nos beneficia geopolíticamente, en materia de política extranjera y de seguridad, dejar a Turquía, un socio dentro de la OTAN, alejarse todavía más”, dijo Merkel ante los diputados alemanes.

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Un día antes, su ministro de Relaciones Exteriroes, Sigmar Gabriel, invocó por su parte a “la amistad” entre los dos países —la diáspora turca en Alemania cuenta con tres millones de personas— para resolver sus diferencias, un llamamiento bien recibido por Ankara, que considera a Berlín responsable de las desavenencias actuales.

La canciller, después de una semana de tensiones diplomáticas provocadas por la anulaciones de mítines electorales en Alemania de partidarios del presidente Recep Tayyip Erdogan, aseguró también que no cedería en la defensa de los valores democráticos.

El Gobierno turco no acepta las críticas alemanas sobre las purgas contra la oposición y la prensa desde el golpe de Estado fallido de julio.

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Merkel aseguró que las discusiones se harán “en base a nuestros valores, es decir, la libertad de opinión, la libertad de prensa, la libertad de expresión y la libertad de reunión”.

Sobre esto, la líder conservadora prometió “utilizar todos los medios disponibles en el Gobierno” para obtener la liberación del corresponsal germano-turco del diario Die Welt, Deniz Yücel, encarcelado en Turquía por propaganda “terrorista”.

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Deriva ‘autocrática’

Merkel volvió a la carga calificando de “tristes, deprimentes (…) fuera de lugar” las declaraciones del presidente turco acusando a Berlín de recurrir a “prácticas nazis” al no autorizar algunos mítines en Alemania por el “sí” al referéndum turco del 16 de abril sobre la extensión de poderes de Erdogan.

Por su lado, el presidente del Parlamento alemán, Norbert Lammert, fue incluso más lejos al hablar de deriva “autocrática”.

En cuanto a los mítines a favor del “sí” en Alemania, Merkel recordó que los dirigentes turcos podían venir a hacer campaña siempre y cuando estas manifestaciones sean anunciadas “de manera apropiada, en los tiempos establecidos, de manera transparente y [sean] autorizadas”.

Turquía acusó a Berlín de inmiscuirse en sus asuntos internos y de militar por el “no” al referéndum, prohibiendo cuatro mítines con dos ministros turcos en Alemania, donde viven 1,4 millones de electores turcos. Estos últimos podrán votar del 27 de marzo al 9 de abril.

Al contrario, las autoridades alemanas señalaron que los Ayuntamientos, competentes en la materia, rechazaron la autorización por dificultades logísticas, problemas de seguridad o porque los organizadores no señalaron a tiempo la naturaleza política de las manifestaciones.

Según algunos aanalistas, los responsables turcos buscan a través del conflicto con Alemania apelar al sentimiento nacionalista y al resentimiento hacia Europa para ganar puntos, en un momento en el que el resultado de la consulta es incierto.

Además, el Gobierno alemán teme que Ankara atice todavía más en Alemania las tensiones entre opositores y partidarios de Erdogan y entre turcos y kurdos, conflictos estos que desgarran Turquía.

En otras partes de Europa, la ambición de Ankara de hacer campaña por el “sí” está mal vista.

Turquía es un socio imprescindible para Alemania y la Unión Europea, especialmente para frenar la afluencia de refugiados en Europa.