CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La Lista del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) tiene como propósito la conservación del patrimonio cultural para las generaciones futuras y no la promoción del turismo, advirtió Gustavo Araoz, presidente internacional del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), al hablar de los problemas que enfrenta el patrimonio ante el desmedido crecimiento urbano y la especulación económica y turística.
El representante del organismo no gubernamental, auxiliar en materia de patrimonio de la UNESCO, intervino en la mesa “Autenticidad e integridad en los paisajes urbanos históricos”, que este martes se llevó a cabo en el Museo Nacional de Historia en el Castillo de Chapultepec, con el propósito de reflexionar sobre los aspectos que están poniendo en riesgo el patrimonio artístico e histórico de las ciudades.
En el acto participaron María Teresa Franco, directora general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), institución organizadora; los abogados Ernesto Becerril, de Icomos México, y Jorge Sánchez-Cordero, miembro del Consejo de Gobierno del Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado (Unidroit); Nuria Sanz, representante de la Oficina de la UNESCO en México, y el arquitecto Raúl Delgado, director general de Sitios y Monumentos de la Secretaría de Cultura.
La imagen del cartel del encuentro organizado por el INAH habla por sí sola: Monumentos artísticos como el Palacio de Bellas Artes, la Columna de la Independencia, o históricos como la Catedral Metropolitana, palidecen ante los rascacielos que invaden ya la Ciudad de México. El propio Castillo de Chapultepec está hoy prácticamente cercado por estos edificios.
Los temas que se tocaron en la mesa fueron diversos. Teresa Franco habló de que pese a la existencia de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, el trabajo de su aplicación implica convencer a los desarrolladores inmobiliarios de proteger los inmuebles con valor histórico y hacer cada día más partícipe a la sociedad civil de su defensa.
Lo cierto es que la sociedad civil sí participa. A guisa de ejemplo baste mencionar que el Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura (Grecu), de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), dirigió un oficio a Franco, así como a María Cristina García Cepeda, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), solicitándoles inicien las gestiones necesarias para que Paseo de la Reforma sea declarada monumento nacional ante las amenazas que corre por la construcción creciente de megatorres y la inminente creación de la Línea 7 del Metrobús, según publica esta semana la revista Proceso.
La directora de Bellas Artes turnó el caso a la Subdirección General de Patrimonio Artístico Inmueble, cuyo titular Xavier Guzmán Urbiola reconoce la importancia histórica de la avenida, pero alega que es competencia del INAH dado que su traza y la mayoría de sus monumentos son del siglo XIX, no obstante que también los hay del siglo XX, como el monumento a la Independencia y casonas de la época porfiriana, como la del University Club.
Franco no ha dado respuesta. En esta reunión admitió que si no se hacen valer los planeamientos para la defensa de los espacios urbanos históricos ante la especulación, “habremos fallado”.
Podría decirse que tiene frente a sí la prueba de fuego, pues este día –según reportó la agencia Apro– el gobierno de la Ciudad de México publicó en la Gaceta Oficial el Estudio de Transporte Público de pasajeros del Corredor Reforma, proyecto con el cual pretende justificar la necesidad de hacer el Metrobús sobre Paseo de la Reforma.
