Aliados de Oriente Medio en riesgo físico y político tras filtración de Trump

Pocos en el Golfo, Arabia Saudita o Jordania apreciarán que Rusia conozca sus secretos, o la filtración del líder estadounidense de estos.

Entre los socios de la inteligencia, dos máximas gobiernan cómo se hace el negocio: no divulgar más de lo que se necesita, y nunca permitir que una fuente se vea comprometida por una filtración.

Este código de conducta ha sido especialmente relevante en la campaña contra el Estado Islámico, donde las potencias regionales y globales han colaborado para aplastar al grupo terrorista, a menudo con un enorme riesgo para las personas.

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La alianza de Cinco Ojos, que comprende los EEUU, Gran Bretaña, Australia, Canadá y Nueva Zelanda y que actúa como los ojos y oídos del mundo occidental, ha pasado gran parte de la última década tratando de penetrar en el Estado Islámico. Sin embargo, a pesar de su alta tecnología, todavía depende en gran medida de los socios locales de verdaderas fuentes humanas que puedan revelar tramas terroristas, especialmente en Jordania, Arabia Saudita, las zonas kurdas de Irak y Turquía.

El compartir esa información con cualquier miembro de los Cinco Ojos viene con advertencias claramente entendidas de que las fuentes permanecerán opacas, a menos que aquellas que hacen la divulgación decidan lo contrario.

Quien dijo a la CIA que los terroristas en el Medio Oriente intentaban de nuevo esconder explosivos dentro de las computadoras, como Trump supuestamente reveló a sus homólogos rusos la semana pasada, claramente tenía razones para oscurecer su participación y sería poco probable recibir noticias de que Rusia podría ahora conocer su identidad, así como sus métodos y fuentes.

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Con información de The Guardian