No hace mucho, era visto como un portador de esperanza, no sólo para su propio partido, los socialdemócratas alemanes, sino para toda la agobiada izquierda europea. Fue apodado “Sankt Martin”, el hombre que tuvo el potencial de derrocar a Angela Merkel de su trono después de casi 12 años y traer una ola de ideas frescas que revigorizarían un paisaje político se volvió fijo por su presencia a largo plazo.
Martin Schulz, de 61 años, estaba siendo atendido de cerca por los asesores de Jeremy Corbyn en un momento en que el líder laborista estaba luchando por movilizar el apoyo. Se maravillaron de cómo había llegado a la etapa política de Berlín y estaba inspirando a una nueva generación de jóvenes votantes, al tiempo que alentaba a los que habían abandonado el partido a regresar por miles.
Ahora, a falta de seis semanas para que los alemanes acudan a las urnas, Schulz está a remolque detrás de Angela Merkel y parece que ya se está instalando en los bancos de la oposición del Bundestag. “El candidato del SPD trabaja arduamente, pero nadie está tomando nota”, escribió el comentarista principal Heribert Prantl en un editorial para el Süddeutsche Zeitung.
Las encuestas demuestran que el SPD de Schulz está detrás de la alianza CDU / CSU de Angela Merkel en un 14%, habiendo estado casi de cuello a cuello hace apenas unos meses. Los analistas de las encuestas no están culpando tanto a la campaña de Schulz, que lo ha visto salir en una gira enérgica por toda Alemania al mismo tiempo que Merkel ha estado felizmente relajándose en el Tirol del Sur, pero con la fuerza de la marca que su oponente exuda, y la continuidad que ofrecerá una Alemania que está en un alto económico.
La confianza que ella inspira se reforzó la semana pasada con fotos de Merkel y su marido, Joachim Sauer, con los mismos trajes que han usado durante muchos años consecutivos, mientras que siempre visitan el mismo hotel y se quedan en la misma habitación.
Prantl dice que la decisión de votar por Angela Merkel es el equivalente de un jugador que está feliz de no haber perdido dinero. “La gente todavía está satisfecha con ‘estar en el negro’ con Merkel”, dice Prantl, “porque en un mundo que está al revés y siendo gobernado por tantos locos, les gustaría mantenerla, simplemente porque ella no está loca, sino que es capaz y experimentada. ”
Cuando Schulz llegó a Berlín, después de haber pasado las dos décadas anteriores en la escena política europea, últimamente como presidente del parlamento europeo, atrajo a miles de nuevos y antiguos reclutas al SPD, después de dos décadas en los que había sufrido apoyo. La posición del partido en las encuestas aumentó 10 puntos porcentuales. Continuó recibiendo un récord del 100% de los votos para convertirse en el líder del partido. La euforia del SPD se expresó en camisetas con el rostro barbudo y con gafas, junto con el lema “Time for Martin” y globos rojos impresos con las palabras “A breath of air”. Fue recibido con gritos y alegrías cuando entró en habitaciones llenas de miembros del SPD.
Pero el Schulz effekt, como se llamaba, resultó de corta duración. El partido sufrió reveses en las elecciones regionales, y a pesar de Schulz expresar la importancia de la justicia social – Gerechtigkeit – su palabra de moda de campaña, en un momento de una creciente división entre ricos y pobres, la euforia se redujo en medio de las quejas había poca sustancia en sus planes para Alemania.
La base tradicional del SPD todavía está presumiendo las reformas laborales introducidas por el último canciller del SPD, Gerhard Schröder, que fueron claves para la recuperación económica de Alemania y su capacidad para eliminar el sello de “hombre enfermo de Europa”.
Con información de The Guardian
