Las protestas no se han hecho esperar y aunque Baja California entró tarde a estas manifestaciones, ya han prendido por todos lados: Tijuana, Ensenada, Rosarito, Mexicali, Tecate y San Quintín entre otros.
Hasta ayer miércoles continuaban en Tijuana las protestas en contra del mega gasolinazo del 1 de enero y ciudadanos convocados a través de redes sociales advierten que ya resintieron los aumentos en bienes y servicios prestados en esta frontera.
Los ciudadanos congregados en Palacio Municipal exigieron a las autoridades marcha atrás a los aumentos a gasolina, electricidad, agua y predial ya que le han pegado al pueblo en una forma letal.
“Es el inicio de una revolución pues el pueblo debe despertar y no esperar más golpes a su economía” afirmó Carlos Anguino, uno de los manifestantes.
Por su parte la señora Isabel de la Cabada advirtió que la voracidad del gobierno federal está terminando con la clase media que “apenas tenía un empleo, un pequeño negocio”.
Ambos desmintieron las palabras del secretario de Hacienda José Antonio Meade quien afirmó “no ver” un efecto inflacionario en el alza de la gasolina.
Cobran vigor las palabras de Gustavo Walther de Hoyos, presidente nacional de Coparmex
“El gobierno optó por resolver el desequilibrio fiscal yéndose por el camino más fácil: elevar los impuestos, específicamente el IEPS que espera recaudar por la venta de gasolinas y de diésel. Ello se ha traducido en un incremento desproporcionado en el precio de dichos combustibles para los usuarios finales, generando protestas en la mayoría de las entidades del país”.
“El gobierno mexicano ha pedido a la sociedad ser más comprensiva, pero ¿en qué momento el gobierno será comprensivo con la situación que están atravesando los mexicanos? ¿En qué momento veremos anuncios del gobierno sobre planes de austeridad en el gasto, de disminución del gasto corriente, de compromisos con la eficiencia, de la eliminación de gastos superfluos, de disminución de los privilegios para los servidores públicos, de castigo directo y severo a la corrupción –comenzando por la interna–, así como la reducción al presupuesto, por ejemplo, en materias como la comunicación?”.
