Áreas rurales se preparan para escasez de médicos después de cambios en política de visas

NUEVA YORK ⎯ En Coudersport, Pensilvania, una localidad en una región montañesa a una hora en auto del Wal-Mart más cercano, el Cole Memorial Hospital cuenta con dos médicos jordanos para mantener abierta su unidad de obstetricia y está reclutando activamente a especialistas extranjeros.
En Fargo, Dakota del Norte, un gastroenterólogo originario de Líbano ⎯ quien es uno de los miles de médicos extranjeros en el estado ⎯ ha ascendido para convertirse en vicepresidente de la Asociación Médica de Dakota del Norte.
En Great Falls, Montana, 60 por ciento de los médicos que se especializan en atención hospitalaria en el Benefis Healty System, que atiende a unas 230,000 personas en 15 condados, son doctores extranjeros con visas de trabajo.
Las pequeñas localidades de Estados Unidos dependen de un flujo constante de médicos procedentes de todo el mundo para traer bebés al mundo, atender enfermedades cardiacas y abordar las necesidades médicas de sus residentes. Pero una reciente decisión poco publicitada del gobierno de modificar el cronograma para algunas solicitudes de visa probablemente retrasará la llegada de nuevos médicos extranjeros, y está causando preocupación en los lugares que dependen de ellos.
Mientras el gobierno del presidente Donald Trump pelea, en los tribunales de justicia y ante la opinión pública, por su prohibición de viaje temporal que afecta a seis países, la desaceleración en el suministro de médicos rurales demuestra cómo incluso un cambio pequeño y relativamente poco controversial puede sacudir a todo el país.
En Montana, por ejemplo, donde nueve condados no tienen un solo médico, significa que Benefis Health no sepa cuándo llegará una doctora rumana capacitada en trasplantes de riñón. La empresa de servicios médicos pasó meses reclutando a la doctora y la esperaba para julio.
“Nuestro sistema de salud ya ha invertido nueve meses en ella, y ahora no tenemos idea de cuándo puede empezar”, dijo Erica Martin, quien recluta médicos para la compañía.
La doctora, Silviana Marineci, quien está completando un programa de investigación en la Universidad de Minnesota, dijo que estaba cansada de estar en el limbo.
“No tendré un ingreso económico, y no sé si podré pagar la renta, no sé dónde estaré”, dijo. “Es una locura”.
El cambio de procedimiento contempla a las visas temporales para empleados calificados, conocidas como visas H-1B. Los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (CIS, por su sigla en inglés) anunciaron recientemente que suspenderían temporalmente una opción de “procesamiento premium” mediante el cual los patrones podían pagar 1,225 dólares extra para que las solicitudes de visas H-1B fueran aprobadas en apenas dos semanas, en vez de varios meses.
Las compañías que usaban esa opción, dijo el gobierno, han retrasado efectivamente las visas de otros que no pagaron la cuota extra.
Una vocera de la agencia de inmigración, Arwen Consaul, señaló en una declaración que las medidas eran necesarias para “reducir los atrasos existentes debido al alto volumen de las solicitudes de ingreso”.
El programa H-1B ha planteado dudas sobre si desplaza a los trabajadores estadounidenses, particularmente en empleos de programación de computadoras e ingeniería, para los cuales se emiten la mayoría de las visas.
Los receptores de las visas H-1B también incluyen a médicos extranjeros que se desempeñan en lugares desdeñados por los médicos estadounidenses por razones personales y profesionales.
Un 25 por ciento de todos los médicos que ejercen o se capacitan en Estados Unidos son extranjeros, pero en algunos barrios urbanos pobres y en la mayoría de las áreas rurales, esa proporción es significativamente más alta.
Había 211,460 graduados médicos internacionales ejerciendo en Estados Unidos en diciembre de 2015, según los datos más recientes disponibles de la Comisión Educativa para Graduados Médicos Extranjeros.
Las senadoras Amy Klobuchar, demócrata de Minnesota; Susan M. Collins, republicana de Maine, y Heidi Heitkamp, demócrata de Dakota del Norte, han instado a la agencia a continuar con el procesamiento premium.
“Frenar este exitoso programa de dos décadas, y los médicos que el mismo lleva a las áreas rurales, perjudicará a las familias en toda Dakota del Norte y en las zonas rurales de Estados Unidos”, escribió Heitkamp en un correo electrónico.
Fue un senador de Dakota del Norte, Kent Conrad, quien en 1994 propuso aliviar la escasez de médicos recurriendo a doctores extranjeros que hubieran completado su educación médica en Estados Unidos.
Su programa dispensa del requisito de que los médicos extranjeros que se gradúen de programas de residencia en Estados Unidos regresen a sus países de origen durante dos años antes de trabajar aquí. Atrae a tantos graduados a ejercer en áreas poco atendidas al ofrecerles la oportunidad de solicitar un permiso de residencia para vivir permanentemente en Estados Unidos después de tres años.
El programa debe ser reautorizado por el Congreso cada dos años. Klobuchar, quien dos veces ha propuesto legislación para hacer permanente al programa, planea hacerlo de nuevo en las próximas semanas.
Desde la concepción del programa, decenas de miles de médicos extranjeros en una variedad de especialidades han acudido en tropel a clínicas y hospitales en los Apalaches, la región del Delta del Mississippi, las Grandes Llanuras y otras partes.
Muchos de ellos, como el doctor Fadel E. Nammour, vicepresidente de la Asociación Médica de Dakota del Norte, echan raíces y nunca se van.
La cordialidad que encontró en Fargo le recordó a su país de origen, dijo Nammour. Como símbolo de su gratitud, uno de sus primeros pacientes le llevó una caja de poliestireno llena de lucios recién pescados, una especie que prospera en los lagos del estado.
“Ofrecemos no solo la atención sino también nuestro liderazgo”, dijo Nammour, quien ahora es ciudadano estadounidense. “El enfoque debería ser facilitar traer a la gente para cubrir la escasez de médicos que tenemos”.
El retraso también pudiera afectar a los aproximadamente 400 graduados médicos extranjeros que llegan cada año para participar en programas de residencia en hospitales de enseñanza. Los médicos fueron asignados recientemente a residencias que empiezan el 1º de julio en todo el país.
“Todos en el país estarán esforzándose a lo loco por resolver esta situación de las visas”, dijo Michelle Larson-Krieg, directora de servicios escolares y para estudiantes internacionales de la Universidad de Colorado en Denver, que habitualmente recibe entre 10 y 12 residentes con visas H-1B cada año en su Campus Médico Anschutz.
La agencia de inmigración señaló en una declaración que los solicitantes aún podrían pedir una aprobación de la visa H-1B sobre una “base acelerada”, si pudieran probar que hubiera una justificación de emergencia o humanitaria.
Abogados especializados en inmigración dijeron que era extremadamente difícil cumplir ese estándar, y que dudaban que la agencia pudiera manejar una inundación de esas solicitudes.
“Si no tienen personal para realizar el procesamiento premium, no veo cómo van a procesar las solicitudes especiales”, dijo Andrea Szew, una abogada en Los Ángeles.
Mientras tanto, los hospitales y clínicas están adaptándose a la posibilidad de quedarse sin algunos médicos por un tiempo. Martin de Benefis Health dijo que el hospital tendría que dar a otros médicos turnos adicionales o contratar a costosos médicos temporales, quienes son evitados porque no pueden desarrollar una relación con los pacientes durante sus breves estancias u ofrecer continuidad en la atención.
Martin dijo que Benefis Health también estaba reclutando a otros médicos extranjeros que pudieran terminar en la misma situación que Marineci. “Lo más problemático es no saber” cuándo pueden empezar los doctores”, dijo.
Rom Satchi, un canadiense que completó su residencia pediátrica en el Colegio de Medicina de la Universidad de Illinois en Peoria, fue invitado a entrevistas en instalaciones en Alabama, Arkansas, Kansas, Pensilvania y otros varios lugares desesperados por un pediatra.
Finalmente, Satchi firmó un contrato con Mama Mia Pediatrics en el norte de Las Vegas, un área de clase obrera que ha estado pasando apuros para manejar una creciente carga de pacientes. Acordó empezar a mediados de junio.
Pero, ahora, es incierto si podrá obtener su visa a tiempo.
“En este momento, no tengo voz”, dijo Satchi, quien planea regresar a Canadá y esperar, desempleado, hasta que la visa sea aprobada. “No puedo hacer nada”.

Miriam Jordan
© 2017 New York Times News Service