Arkansas mata a un preso y continúa el plan de ejecuciones en cadena

Arkansas ejecutó este lunes a un preso, siguiendo su plan de aplicar en cadena la pena capital a varios reos antes de que caduque un componente de las inyecciones letales a fines del mes.

Jack Jones fue ejecutado en Arkansas después de que la Corte Suprema rechazara un recurso de sus abogados pidiendo a los jueces reconsiderar una cuestión procedimental de su juicio.

Arkansas había planeado ejecutar a ocho condenados a muerte en 11 días, un récord, pero cuatro han logrado posponer sus penas.

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Las autoridades tienen programada otra ejecución para la noche del lunes.

Si Marcel Williams es sometido a la inyección letal, será la primera ejecución doble en Estados Unidos desde el año 2000.

La última vez que un estado estadounidense ejecutó a dos condenados fue el 9 de agosto de 2000 en Texas.

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El gobernador de Arkansas, Asa Hutchinson, ha dicho que es necesario el calendario acelerado de ejecuciones porque un sedante utilizado en las dosis mortales caduca a finales de mes.

El fiscal general de este estado sureño, Leslie Rutledge, afirmó en un comunicado que las hijas de la víctima de Jones, Mary Phillips, finalmente habían obtenido justicia.

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“Mary realizaba su trabajo como contadora en Bald Knob, el 6 de junio de 1995, cuando fue estrangulada hasta la muerte, mientras su hija de 11 años Lacey se aferró a la vida después de haber sido estrangulada y golpeada”, señaló Rutledge.

“La familia Phillips ha esperado demasiado tiempo para que se haga justicia, y ruego para que encuentren paz esta noche”, agregó.

Los defensores de los condenados dicen que una doble ejecución causaría un peligroso estrés para los agentes penitenciarios encargados. Hasta el jueves pasado, Arkansas no había llevado a cabo ninguna ejecución desde 2005.

Las inyecciones letales están compuestas por tres productos, que se administran uno después del otro.

El que caduca el 30 de abril es el midazolam, un ansiolítico del que se dice que no sume suficientemente en la inconsciencia al condenado, lo que puede provocarle grandes dolores.

Con información de The Guardian