Jared Kushner, el yerno de Donald Trump y consejero principal, se encontró de nuevo en el foco de atención (para bien y para mal) este lunes.
Cuando el presidente de Estados Unidos lo nombró para un nuevo cargo en la Casa Blanca, se reveló que Kushner testificaría ante un comité del Senado investigando la interferencia rusa en las elecciones del año pasado.
Con Kushner a la cabeza, la Oficina de Innovación Americana de la Casa Blanca de Trump está diseñada para reacondicionar al gobierno federal con el aporte del sector privado, se anunció el lunes. El emprendimiento, que reunirá a un equipo de ex ejecutivos para privatizar ciertas funciones del gobierno, dará seguimiento al enfoque presidencial del presidente para dirigir el país.
La iniciativa, reportada por primera vez por el Washington Post, fue desplegada el mismo día en que se reveló que Kushner testificaría ante el comité de inteligencia del Senado como parte de su investigación sobre la injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
La invitación a Kushner para comparecer ante el panel del Senado se debe a su reunión con Sergey Kislyak, el embajador ruso en los Estados Unidos. El encuentro en Trump Tower también incluyó al ex consejero de seguridad nacional Michael Flynn, quien renunció al gobierno de Trump después de engañar al vicepresidente Mike Pence sobre la naturaleza de sus conversaciones con Kislyak.
A última hora del lunes, un banco ruso, bajo sanciones económicas occidentales por la incursión de Rusia en Ucrania, también reveló que sus ejecutivos habían conocido a Kushner durante la campaña electoral.
El secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que no había nada “sucio” en la reunión de Kushner con el embajador ruso, y agregó que Kushner se había “ofrecido” para contestar preguntas del panel del Senado.
“Dado el papel que desempeñó durante la campaña y la transición, se reunió con innumerables personas”, dijo Spicer a periodistas el lunes.
“Eso era parte de su trabajo, eso era parte de su papel, y lo ejecutó completamente como se suponía que debía hacerlo.”
Un funcionario de la Casa Blanca dijo: “A lo largo de la campaña y la transición, Jared Kushner fue el principal punto de contacto oficial con gobiernos y funcionarios extranjeros.
“Dado este papel, se ha ofrecido a hablar con el comité del presidente Burr, pero aún no ha recibido confirmación”, dijo el funcionario, refiriéndose al senador de Carolina del Norte, Richard Burr, presidente del comité de inteligencia del Senado.
Burr y el líder demócrata en el comité dijeron en una declaración conjunta: “El señor Kushner no será ciertamente la última persona que el comité llame para dar testimonio, pero esperamos que él pueda dar respuestas a las preguntas claves que han surgido en nuestra investigación . “Dijeron que el momento todavía estaba siendo determinado.
Los ejecutivos de Vnesheconombank (VEB) mantuvieron conversaciones con Kushner durante un roadshow el año pasado, informó Reuters a última hora del lunes, citando una declaración enviada por correo electrónico del banco. Se realizaron reuniones “con varios representantes de los mayores bancos y establecimientos comerciales de Estados Unidos, entre ellos Jared Kushner, director de Kushner Companies”. VEB se negó a decir dónde se llevaron a cabo las reuniones o las fechas.
No hubo comentarios inmediatos de Kushner.
Según el reporte de Reuters, funcionarios estadounidenses dijeron que Kushner se reunió en diciembre con Sergei Gorkov, presidente de Vnesheconombank. La portavoz de la Casa Blanca Hope Hicks confirmó las reuniones, diciendo que no se discutió nada de importancia.
Gorkov fue nombrado jefe de VEB a principios de 2016 por Vladimir Putin. Se graduó del Servicio de Seguridad Federal, o FSB, la agencia de seguridad interna de Rusia. Fue galardonado con la Medalla de la Orden del Mérito por los Servicios a la Patria, según el sitio web del banco.
Hasta la fecha, las interacciones de Kushner con diplomáticos extranjeros, incluido el enviado ruso, han atraído mucho menos el escrutinio que Flynn. Pero también lo han hecho muchos de los tratos de los magnates de 36 años desde que cambió su oficina en Manhattan por una perca al lado del hombre más poderoso del país.
