El Pentágono admitió que los ataques aéreos que llevó a cabo en una casa en el oeste de Mosul mataron al menos a 105 civiles en uno de los ataques más mortíferos en cualquier lugar en Irak desde la invasión de 2003 para derrocar a Saddam Hussein.
El peaje final podría llegar a 141, según una investigación del ataque del 17 de marzo, con 36 personas aún desaparecidas. Casi todos los muertos se habían refugiado en una casa mientras se producía una batalla entre las fuerzas del Estado Islámico que estaban en la zona y las unidades militares especiales iraquíes.
Imágenes aterradoras de cuerpos excavados en las ruinas de la casa fueron transmitidas por todo el mundo en medio de acusaciones de que la lucha por los densamente poblados barrios de Mosul era cedida con frecuencia a los aviones de alto vuelo para evitar enfrentamientos en tierra con el EI.
Una investigación del Pentágono divulgada el jueves encontró que los combatientes del EI habían plantado explosivos en la casa, causando explosiones secundarias que causaron la caída de la casa.
El informe dijo que un avión estadounidense lanzó una bomba de 500 libras poco después de las 8 de la mañana, apuntando a dos miembros del EI que habían tomado posiciones en el techo de la casa en el barrio de Jadidah.
Dice que la bomba debería haber matado a la pareja, pero en su lugar causó una explosión que niveló la casa, que estaba hecha de hormigón armado y considerada por los lugareños como la estructura más resistente de la zona.
Cuatro civiles más que se refugiaron en otro hogar fueron asesinados por los restos de la explosión. El Comando Central de Estados Unidos dijo que no sabía que los civiles se habían refugiado en el hogar.
Testigos dijeron que cerca de 150 personas habían estado en la casa cuando fue bombardeada. La mayoría de los locales entrevistados dijeron que la gente se había refugiado voluntariamente. Sin embargo, varios también afirmaron que el EI había instado a los combatientes a usar la casa como un refugio.
Los testigos no hicieron mención alguna de explosiones secundarias y en su lugar apuntaron a casas alrededor que habían sufrido una destrucción similar. Los ataques aéreos causaron un daño inmenso en el día de la batalla, con bombas dirigidas regularmente a las casas desde las 8 de la mañana hasta el final de la tarde.
Con información de The Guardian
