El gobierno griego en Atenas ha vetado la condena por parte de la Unión Europea del historial de derechos humanos de China en la ONU, enfureciendo a diplomáticos y organizaciones de derechos humanos, quienes dijeron que la medida socavaba la posición de la UE como defensora de los derechos humanos.
En una decisión calificada de deplorable por algunos, emergió el domingo que Atenas se había negado a respaldar una declaración de la UE criticando la represión contra activistas y disidentes bajo el presidente chino, Xi Jinping. La declaración debía ser presentada el jueves pasado en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
“Actuamos desde una posición de principio”, dijo un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores griego. “Existe un próximo diálogo entre la UE y China sobre derechos humanos y pensamos que podría ser una manera más eficiente y constructiva de lograr mejores resultados”.
Grupos de derechos humanos, entre ellos Amnistía Internacional, dijeron que era la primera vez que la UE no había hecho esa declaración en el máximo órgano de derechos humanos de la ONU. Los diplomáticos estaban especialmente entusiasmados con el momento del veto. Los ministros de Finanzas de la eurozona acordaron desbloquear 8,500 millones de euros en préstamos de rescate, permitiendo a Atenas evitar el default cuando enfrente 7.400 millones de euros en pagos de deuda el próximo mes. “Fue deshonroso, por decir lo menos”, dijo un diplomático de la UE a Reuters en Bruselas.
La medida no sólo socavó los esfuerzos comunes para hacer frente a los abusos, sino que se vio como un golpe al propio récord de la UE como defensor de los derechos humanos. La declaración se presenta tres veces al año ya menudo contiene críticas de que los países no están dispuestos a plantear solos. El bloque de 28 naciones se enorgullece de ser un faro de la protección de los derechos humanos, adoptando una postura dura en temas que van desde los derechos LGBT a la prohibición de la pena de muerte y el mantenimiento de las libertades de la prensa.
Pese a las modestas mejoras en algunas áreas, Beijing ha enfrentado críticas por lo que Human Rights Watch ha descrito como “los esfuerzos sistemáticos del gobierno para silenciar a las voces independientes de la sociedad civil”.
En el informe mundial de HRW 2017, la organización escribió sobre sus temores para el futuro. “Bajo el liderazgo del presidente Xi Jinping, que permanecerá en el poder hasta 2022 y posiblemente más allá, la perspectiva de los derechos humanos fundamentales, incluidas las libertades de expresión, reunión, asociación y religión, sigue siendo grave”.
Más de 16 abogados y activistas de derechos humanos -las víctimas de un grupo de defensores de los derechos humanos en todo el país en julio de 2015- seguían siendo detenidos y “eran las víctimas más claras de la hostilidad de las autoridades hacia una sociedad civil independiente”.
Con información de The Guardian
