Un atentado suicida con un coche bombaperseguido por las fuerzas de seguridad se hizo estallar en el este de Damasco el domingo, matando a 21 personas, en el ataque más mortífero que golpea la capital siria en meses.
Medios de comunicación estatales sirios y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos dijo que las fuerzas de seguridad interceptaron tres coches bomba en su camino hacia la ciudad temprano en la mañana.
La televisión estatal dijo que dos de los vehículos fueron volados en las afueras de la ciudad, pero un tercero logró llegar al distrito de la Plaza Tahrir, donde el conductor estaba rodeado pero incapaz de detonar una bomba.
No hubo reclamación inmediata de responsabilidad, pero los ataques mortales previos en Damasco han sido reclamados por el EI y sus facciones rivales yihadistas.
El Observatorio, con sede en el Reino Unido, dijo que 21 personas murieron en el atentado, incluyendo al menos siete miembros de las fuerzas de seguridad del régimen y dos civiles. No había identificado a las víctimas restantes. Dijo que al menos otras 12 personas resultaron heridas en la explosión.
La agencia de noticias estatal siria, Sana, citó una declaración del ministerio del Interior afirmando que dos de los vehículos habían sido “destruidos” en una rotonda en el camino hacia el aeropuerto de la ciudad.
El conductor de la tercera persona se suicidó al ser perseguido, dijo, “matando a varios civiles, hiriendo a otros y causando daños materiales a propiedades públicas y privadas”.
Yara, de 23 años, que vive cerca de la plaza Tahrir, dijo que su apartamento había sido sacudido por la explosión. “Era como si la guerra hubiera regresado después de que sintiéramos que se había desvanecido”, dijo. “Todavía no he dejado la casa hoy – ya no tengo miedo, pero hoy no quiero hacer nada”.
Horas después del atentado suicida, la seguridad seguía siendo apretada en los puestos de control alrededor del centro de la ciudad aunque las autoridades locales habían reabierto algunas calles que conducían a la Plaza Tahrir.
Con información de The Guardian
