¿Y dónde quedaron aquellos que llamaban a boicotear las gasolineras amenazando con dejar de consumir combustibles durante los primeros tres días del año?
Se lo voy a decir: fueron los mismos que hicieron largassssss filas durante esta semana.
Un amigo mío, joven despachador de gasolina, me miraba cruzado de brazos los días 2, 3 y 4 de enero, pero a partir del 7 y 8 no se daba abasto con la demanda de combustible. Vendieron lo que no habían vendido durante los días del fallido boicot.
Durante los primeros días de este aciago 2017, también circularon otras cadenas y llamaditas vía Whatsapp y vía facebook: la de dejar de acudir de 10 de la mañana a 13 horas a los bancos, los centros de trabajo, las escuelas y cuanto lugar productivo haya.
Causan el mismo efecto que quienes llaman a las “urnas vacías”: nunca faltará el aprovechado que se proclame ganador “haiga sido como haiga sido”.
No es con llamados infantiles, no es con berrinches pueriles como vamos a remediar un problema de fondo.
Es con medidas de resistencia civil, sí, pero con esas que además le calan hondo a un sistema que ya abusó de nosotros hasta el cansancio.
Es con una democracia en la que el pueblo gane avasalladoramente en la cancha, con las reglas y con el árbitro de los poderosos, como se van a resolver estos problemas, y no con cadenitas de facebook y whatsapp que solo sirvan como válvulas de escape.
