Campaña de Amnistía: una ventana al horror en Siria en pleno Buenos Aires

Buenos Aires, Argentina | AFP |Una bomba estalla en pleno centro de Buenos Aires debajo del histórico Obelisco, camino al Metro, pero no hay muertos ni heridos, solo argentinos conmovidos frente a un video expuesto por Amnistía Internacional (AI) que muestra el horror de la guerra en Siria.

La gente se sorprende. Pasajeros del subte (el metro en Argentina) pasan en oleadas por el pasillo. Muchos detienen su marcha. Activistas de AI los invitan a “pasar al living de una casa en Siria”. Entran a la habitación, reconstruida con puntillosidad en un pequeño espacio. Un periodista de la AFP presencia el martes la escena.

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Hombres y mujeres se paran frente a la pared del fondo. Simula ser una ventana. Son testigos de una tremenda y muy cercana explosión. El humo tapa la imagen. “¡Esto produce impotencia. Me pone mal”, cuenta su experiencia Cecilia Adriano, empleada de ferretería de 47 años.

AI cumple con su campaña de difundir el drama de millones de refugiados. Es el primer país donde montan la instalación. Argentina ofreció recibir a unos 3.000 sirios. Son los que dejaron atrás casas parecidas a la imitada. Sobre una gran alfombra hay sillones, un bargueño con portarretratos de familia, un narguile, un calentador y la ventana que mira al terror.

“Está bien que Argentina los reciba. Pero tiene que ser algo bien hecho. No es cuestión de traerlos y después verlos en la calle. Hay profesionales sirios, gente capaz. Que se sientan parte de nuestro país”, afirma Adriano.

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La reconstrucción de la crisis “es muy realista”, dice Roxana Tausen, empleada administrativa de 41 años. “Te impacta, te hace poner en el lugar del otro. Me parece bien que los traigan”, opina.

Coincide Ivana Cura, una estudiante de 25 años: “Esto te causa mucha impresión y estoy de acuerdo en que vengan”. Nadie reacciona con temor o rechazo. Karina Glasman, una abogada de 33 años, critica por “ilógico que haya tanta guerra cuando se puede solucionar con acuerdos”.

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“Esto no se arregla matando gente. Y no solo la Argentina, sino la mayoría de los países deben evitar que esto siga pasando porque destruye a la humanidad como tal”, reflexiona Glasman.

A la instalación llega un inmigrante sirio. Es Fadi Ali, quien colabora con el Programa Sirio de visados humanitarios desde 2014. “No es una guerra civll, es una guerra contra mi país. Los extremistas son personas sin nacionalidad”, dice Ali. No tuvo más remedio que ser un inmigrante. La familia pudo salir ilesa. Una bomba había estallado muy cerca de donde estaba uno de sus hijos. No era un video, era realidad.

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