La policía israelí recomendó que Benjamin Netanyahu sea acusado de soborno y abuso de confianza, en una vergonzosa decisión que ha puesto en duda el futuro político del primer ministro.
Luego de una investigación de 14 meses sobre dos casos de supuesta corrupción, el fiscal general del país examinará la evidencia y luego -posiblemente dentro de varios meses- decidirá si es o no culpable.
El país ha estado esperando ansiosamente la recomendación del fiscal, que los medios locales han especulado podría forzar al primer ministro a renunciar.
Una declaración de la policía el martes dijo que se habían reunido suficientes pruebas contra el primer ministro por cometer los delitos de “soborno, fraude y abuso de confianza”.
Minutos después de que la noticia del informe policial se extendiera por los medios israelíes, Benjamin Netanyahu realizó una conferencia de prensa en Jerusalén, negó vehementemente cualquier maldad y descartó los rumores de que renunciaría.
Dijo que el desarrollo fue el último en una larga lista de esfuerzos para sacarlo del gobierno. “Todos estos intentos terminan sin nada porque sé la verdad. Te digo, también esta vez, las cosas terminarán en nada. Continuaré liderando a Israel de manera responsable y fiel”, dijo, añadiendo que planea postularse para las elecciones que se celebrarán a fines del próximo año.
La policía ha interrogado a Netanyahu varias veces en su residencia oficial en Jerusalén durante los últimos meses con respecto a los dos casos en los que es sospechoso.
El caso 1000, o el llamado “asunto de los regalos”, involucra afirmaciones de que él y su familia recibieron regalos valiosos de multimillonarios internacionales, incluyendo cigarros caros, champán rosado y joyas para su esposa. Presuntos benefactores ricos incluyen al productor de Hollywood y magnate de los medios Arnon Milchan, así como al empresario australiano James Packer.
Con información de The Guardian
