Carter se manifiesta a favor de la energía solar, décadas después del suéter de cárdigan

PLAINS, Georgia ⎯ Los paneles solares ⎯ 3,852 de ellos ⎯ destellaban en las cuatro hectáreas de terreno de Jimmy Carter donde antes crecían cacahuate y soya. Los paneles se movían casi imperceptiblemente con el sol. Y podían generar energía para más de la mitad de esta pequeña ciudad, de la cual Carter salió de la oscuridad para llegar a la presidencia.

Casi 38 años después de que Carter instaló paneles solares en la Casa Blanca, solo para ver cómo los retiraban durante el gobierno de Ronald Reagan, el ex presidente está arrendando parte de las tierras agrícolas de su familia para un proyecto que es de vanguardia y casero. Es, dijeron Carter y expertos en energía, un esfuerzo a pequeña escala que pudiera servir de lección a otros rincones del Estados Unidos rural en una era de cambio climático y rencor político.

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Pero el proyecto de Carter, que ha llevado años de preparación, ha entrado en operación en un momento vertiginoso para los promotores de la energía renovable. Aunque el consumo de energía solar ha aumentado en más del doble en Estados Unidos desde 2013, el presidente Donald Trump ha expresado escepticismo sobre los costos de esas fuentes de energía, y ha prometido revivir a la lánguida industria del carbón del país. Sin embargo, en algunas áreas rurales donde Trump goza de un apoyo sustancial, los proyectos de energía renovable han surgido como importantes fuerzas económicas.

“Espero que veamos una comprensión de parte del nuevo gobierno de que una de las mejoras formas de ofrecer nuevos empleos ⎯ empleos bien pagados, productivos e innovadores ⎯ es a través de la búsqueda de fuentes de energía renovables”, dijo Carter, de 92 años de edad, en una entrevista. “No he visto que suceda todavía, pero sigo esperando eso”.

Aunque Carter, ahora a décadas de la noche de febrero de 1977 en que vistió un suéter de cárdigan y habló del “problema energético” del país, sigue siendo un entusiasta estudioso de la política energética, el proyecto solar también es una extensión de su legado aquí.

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Carter ha dado forma desde hace tiempo a Plains, donde es conocido como “Mr. Jimmy”, y la sonrisa del maestro de escuela dominical ⎯ en fotos instantáneas, en pinturas y en caricaturas sobre adornos navideños y una estatua de un cacahuate de cuatro metros ⎯ es difícil de pasar por alto. El sello presidencial adorna los letreros de bienvenida, que son iluminados, apropiadamente, por la electricidad solar, y el Sitio Histórico Nacional Jimmy Carter ha atraído a más de 1.6 millones de visitantes desde 1988.

El proyecto en las tierras de Carter, que alimenta a la red de Georgia Power y representa para la ex familia presidencial menos de 7,000 dólares anualmente, no necesitaba ser grande para atender a gran parte de Plains, con una población de alrededor de 683 habitantes. Empezó cuando una empresa solar, SolAmerica, se acercó al nieto de Carter Jason Carter y le propuso la posibilidad de instalar paneles aquí.

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El ex presidente, quien tenía 11 años de edad cuando la casa de su niñez recibió agua corriente por primera vez después de que su padre instaló un molino de viento, no necesitó ser convencido y se involucró profundamente en el proyecto, escribiendo notas en los márgenes del acuerdo de arrendamiento y visitando el sitio regularmente.

Jason Carter recordó recientemente que Jimmy Carter habitualmente enviaba fotografías de la construcción en las tierras agrícolas, por las cuales pasaba a menudo durante caminatas con su esposa, Rosalynn.

“Cuando le decía a la gente que estábamos colocando paneles solares, decían: ‘¿En Plains?’”, dijo Jan Williams, quien dirige el Plains Historic Inn y ayuda a organizar las habituales clases de escuela dominical de Carter, que siguen siendo un atractivo para los turistas. “Dicen: ‘Bueno, eso es por Jimmy Carter’. Es por Jimmy Carter. En Plains todo es por Jimmy Carter”.

El proyecto de Carter, de tamaño limitado, según Carter y SolAmerica, debido a la infraestructura existente que podía manejar, está lejos de ser el primer esfuerzo solar en Georgia. Pero está entre los proyectos de más alto perfil en un estado donde, después de años de renuencia, los reguladores han demandado que la compañía de suministro eléctrico predominante ponga más énfasis en la energía solar.

En este estado, y en otras partes del país donde muchos residentes no están convencidos del cambio climático, los partidarios de la energía renovable a menudo han modificado sus argumentos para que se enfoquen en los beneficios económicos. Una pluralidad de los empleos de generación eléctrica de Georgia está en la energía solar, según el Departamento de Energía.

“Los antiguos argumentos politizados sobre que la energía renovable es para los liberales de las costas simplemente ya no funcionan en partes del país donde están experimentando de primera mano los beneficios económicos de la creación de empleos y el desarrollo de la energía renovable”, dijo Jodie Van Horn, directora de la campaña Ready for 100 de Sierra Club, que promueve que las ciudades estadounidenses se comprometan con ofrecimientos de energía totalmente renovable.

Sin embargo, los simpatizantes de la energía renovable no tienen que ignorar por completo los argumentos sobre el cambio climático. En 2014, en el Condado de Sumter, que incluye a Plains, 62 por ciento de los residentes creía que el calentamiento global estaba sucediendo, según un estimación del Programa de Yale sobre Comunicación en torno al Cambio Climático. Eso es ligeramente más alto que en algunos condados en el área metropolitana de Atlanta.

Stan Wise, presidente de la Comisión de Servicio Público de Georgia, que no tiene miembros demócratas, dijo que esperaba que la energía solar perdure, en parte porque había “encontrado su nicho”.

“Quizá no crezca tan rápidamente en este país sin el beneficio de la asistencia del gobierno federal, pero pienso que si se deja solas a estas entidades, ya se trate de carbón o gas o energía solar, encontrarán su camino si están justo en su estado”, dijo Wise, quien señaló que Georgia Power, después de un proceso de licitación, había aceptado la propuesta de Carter de participar en el programa solar que opera.

Pero las opiniones de Trump han alarmado a Carter.

“Temo ⎯ y espero estar equivocado ⎯ que Trump pudiera hacer lo mismo que hizo Ronald Reagan y diga que podemos ser autosuficientes sin la energía renovable”, dijo Carter. “Pero espero que no lo haga”.

Recientemente, sin embargo, las ambiciones energéticas de Carter fueron decididamente más locales cuando, vestido con jeans con una pequeña macha de lodo, descendió de una camioneta pickup Ford para ver de nuevo los paneles solares. Pero los recuerdos de Carter y su esposa no estaban lejos de la presidencia.

“Es muy especial para mí porque me sentí desilusionada cuando los paneles fueron retirados de la Casa Blanca, y ahora verlos en Plains es simplemente estupendo”, dijo suavemente Rosalynn Carter después de una ceremonia inaugural.

Alan Blinder
© 2017 New York Times News Service