El cine mexicano en el Festival de Rotterdam

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Películas mexicanas van a los Países Bajos…
En la 46 edición del Festival Internacional de Cine de Rotterdam (IFFR, sus siglas en inglés), a celebrarse del miércoles 25 de enero al 5 de febrero compiten las historias Extraño pero verdadero, de Michel Lipkes, y William, el nuevo maestro del judo, de Ricardo Silva y Omar Guzmán, en la sección Bright Future (Futuro Brillante, dedicada a obras de cineastas prometedores).
En ese mismo grupo participa el filme X500 (Canadá, Colombia y México), de Juan Andrés Arango. Y en la sección Voices (Voces, para cineastas con trayectoria), concursa la cinta Atrás hay relámpagos (México y Costa Rica), de Julio Hernández Cordón (ver recuadro).
Extraño pero verdadero es el segundo largometraje de Lipkes –el anterior fue Malaventura, de 2011–, centrado en la vida amorosa de Jonathan y Yesi, quienes trabajan en la Ciudad de México como recolectores de basura, junto a su jefe “Maestro Limpio”; pero todo cambia el día que encuentran un cadáver con dinero…
Lipkes nació en la Ciudad de México hacia 1978, y al momento de la entrevista se encontraba inmerso en la edición de la nueva película, para partir con ella bajo el brazo el lunes 23 de enero al festival fílmico de ese puerto europeo. Manifestó haber trabajado en este proyecto por “alrededor de cinco años”, siendo ya la segunda vez que participa en Rotterdam. Exclama:
“Malaventura, mi ópera prima, estuvo también en esa misma sección en la que competirá Extraño pero verdadero, ¡por suerte sigo prometiendo! Estoy muy feliz porque este festival no sólo me ha apoyado desde que decidí lanzarme a la realización cinematográfica; también en este largometraje me ayudó desde el argumento la Fundación Hubert Bals para la escritura del guion. Hace tres años también fui al encuentro de coproducción a buscar socios y retrabajé el guion en el Binger Filmlab, de Amsterdam. Casi me siento como en casa.”
Desde su creación, afirma, el Festival de Rotterdam “fomenta justamente el riesgo”. Dice que al ver su película en Holanda, los organizadores no dudaron en invitarlo “y yo tampoco dudé en confirmarles porque demostraron lo mucho que les gustaba, y eso como cineasta es muy valioso”.
La producción estuvo financiada además con el Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción Cinematográfica Nacional (Eficine); filmada en blanco y negro, está protagonizada por Kristyan Ferrer, Luis Enrique Parra (quien en la vida real es un recolector de basura) e Itzel Sarmientos.

La violencia y el amor
El mundo de los recaudadores de basura le interesó desde que estudiaba en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC):
“Filmé mi tesis, un día y una noche, en el basurero del Bordo de Xochiaca, en 2005; eran hectáreas y hectáreas de basura. Ahora ya se han limitado bastante allá, porque han aparecido también recolectores privados, no sólo hay públicos. Ese mundo no se ha filmado lo suficiente, existen más documentales y una que otra ficción, pero con un tono más hollywoodense. Me interesó ese espacio visual, tiene muchas posibilidades cinematográficas, y sus temas. Igual, hace tiempo deseaba contar una historia de amor, donde la inocencia fuera el eje que guiara la relación.”
Se trata de dos jóvenes pepenadores, “una chica de unos 18 años y un chico de unos 20, y más allá del contexto laboral en el que se desarrolla la trama, es el México contemporáneo en el que se ve, ellos se encuentran con un cadáver y su jefe, un hombre de mediana edad pero muy alienado por el entorno en el que vive, toma la decisión de desaparecer ese hallazgo y fuerza a la complicidad al resto de su equipo”.
Esta historia de amor, define, se vuelve “un relato de sobrevivencia de dos jóvenes” .Explica que es como un western que pone la perspectiva en la juventud:
“Ambos jóvenes son prisioneros del mundo en el que viven, no parece haber escapatoria porque se encuentran arrinconados; sin embargo, como es una ficción, se sobreponen a todos los obstáculos porque me interesaba ofrecer un aliento, aunque cada personaje posee su manera propia de sobrevivir.”
Añade: “Es una película clásica, y me parece muy moderna porque logra una síntesis muy hermosa. Extraño pero verdadero es un homenaje a They Live by Night.”