Ciudad nicaragüense olvida pesares entre fe, folclor y hedonismo

Al ritmo de sones, danzas indígenas y fervor religioso, la pintoresca ciudad de Diriamba, se convierte cada año en uno de los escenarios más hedonistas de Nicaragua, con abundante comida, bebida y juegos.
En la fiesta de San Sebastián, santo patrono de Diriamba, pobladores y turistas tienen “licencia para el disfrute sin medida”, dijo el periodista y folclorista, Wilmore López.
“Aquí hay de todo: creencia religiosa, folclore, abundante comida que regalan los promesantes (quienes pagan promesas al santo), bebidas, juegos mecánicos y corridas de toro”, comentó López.
La fiesta comienza con un oficio religioso y luego la imagen de “Guachán”, como llaman al santo, es llevado en procesión por las calles, seguido de cientos de bailarines de las comedias satíricas nicaragüenses el Guegüense, Toro huaco y el Viejo y la Vieja.
Conocida como “ciudad dormitorio” debido a que sus pobladores salen hacia lugares vecinos a trabajar o estudiar, la calma Diriamba muestra una mayor actividad durante la celebración, dijo a AFP el músico y folclorista Marlen Gutiérrez.
Bajo un calor de más de 32 grados centígrados, miles de personas de distintos puntos de Nicaragua y el exterior se congregan en esta ciudad suroriental para acompañar a los grupos de baile.
“Somos de Diriamba pero vivimos en Georgia (Estados Unidos), todos los años venimos de visita a las festividades”, dijo a la AFP Nora Granja acompañada por sus hijos.
“Este es un pueblo muerto, no hay industrias, ni grandes comercios, hay mucho desempleo y la fiesta es una oportunidad para activar a los artesanos que trabajan para elaborar el vestuario de los bailantes y en ventas ambulantes”, añadió.
El mayor atractivo de la festividad, que empezó el jueves y durará ocho días, es que los “promesantes” se apropian de las expresiones artísticas de los personajes el Guegüense, Toro Huaco, el viejo y la vieja, que muestran el sincretismo de la cultura española e indígena.
Su representación es ejecutada durante las fiestas por pobladores que practican los pases y la ejecución de la música pocas semanas antes de las fiestas.