Colonos judíos, atacados, necesitaban ayuda, un médico palestino no titubeó

DAHRIYA, Cisjordania _ El médico palestino estaba en camino a Jerusalén para unirse a las oraciones del Ramadán cuando tomó una decisión que muchos en Israel encontraron inspiradora: Ayudó a salvar las vidas de colonos judíos.

El doctor Ali Shroukh, de 45 años de edad, estaba conduciendo con sus hermanos a lo largo de una carretera de Cisjordania recientemente cuando se topó con un auto que se había volcado y estaba sobre el toldo. El vehículo _ grande y cuadrado, con espacio para llevar a muchos niños _ parecía fácilmente identificable como perteneciente a un colono judío.

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El auto había chocado después de que un pistolero palestino le había disparado, matando al conductor, el rabino Michael Mark, de 46 años de edad y padre de 10 hijos. Su esposa estaba gravemente herida y uno de los dos niños en el vehículo, una adolescente, estaba seriamente lesionada. La familia estaba en camino a Jerusalén para visitar a la madre de Mark.

Shroukh no se dio cuenta de que estaba siendo testigo de las consecuencias de un ataque terrorista. Su instinto fue simplemente ayudar.

Su respuesta fue un acto de bondad en un conflicto que a menudo carece de la misma, particularmente en medio de la violencia de los últimos nueve meses, cuando los palestinos han matado a más de 30 israelíes. Más de 210 palestinos también han muerto, muchos mientras cometían un ataque o pretendían hacerlo.

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Quién es atendido, y quién no, ha sido un tema particularmente contencioso.

Los israelíes han acusado a los médicos palestinos de ignorar a judíos heridos. Después de un ataque, una mujer israelí que había sido apuñalada en el cuello dijo que palestinos se burlaron de ella mientras buscaba ayuda.

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Palestinos y activistas de derechos humanos han documentado varios casos en los cuales atacantes o potenciales atacantes palestinos no fueron atendidos por médicos israelíes y subsecuentemente murieron.

Un alto oficial militar israelí dijo que los militares constantemente verifican con sus médicos para asegurarse de que comprenden su política de atender rápidamente a los atacantes palestinos.

Desde que se dio la noticia de las acciones altruistas de Shroukh, medios noticiosos internacionales y locales se han dirigido a su diminuta clínica de urología en la parte superior de un centro comercial en Dahriya, una localidad fronteriza rural. Su teléfono sigue sonando con funcionarios israelíes que quieren agradecerle.

En una entrevista, Shroukh dijo que la política no pasó por su mente recientemente después de que le emitieron un permiso de un día para entrar en Jerusalén. Quería orar en la mezquita de Al Aqsa en el último día del Ramadán, un día particularmente sagrado.

En una curva del camino, vio a un palestino desviando el tráfico alrededor de un vehículo destrozado.

El hombre gritó: “Hermano, hay una niña herida en mi auto”.

El hombre y su esposa habían puesto a la niña en su auto mientras esperaban a los médicos. La pareja, que posteriormente habló con un medio noticioso israelí y no fue identificada, dijo que había estado tratando de consolar a la hija de los Mark, Tehila, quien estaba lesionada en el abdomen.

Shroukh comprimió laherida de la niña con una toalla. Ella lloraba y hacía preguntas, pero Shroukh, que no habla hebreo, no le pudo entender.

El hermano de él, Mahmoud, jornalero en Israel que habla un poco de hebrero, intervino.

“Preguntó: ‘¿Qué le pasó a mi familia?’”, dijo Mahmoud Shroukh. “Le dije: ‘No tengas miedo, mi hermano es médico, y te atenderá’”.

“¿Mis padres están muertos?”, recordó Shroukh que preguntó ella. “No te preocupes, tu madre y tu padre están bien”, le dijo. No quería afligirla, comentó.

Luego, Ali Shroukh y su hermano verificaron el vehículo en busca de sobrevivientes.

Encontraron a Michael Mark muerto. Su esposa, Chavi, de 44 años, tenía una herida grave en la cabeza y estaba inconsciente. Los Shroukh rompieron la ventanilla y la sacaron.

Poco después, llegó una ambulancia israelí para atender a las víctimas y llevarlas al hospital.

Luego se reveló la realidad del conflicto: un médico palestino que había llegado instó a los hermanos a irse. Este era un ataque, no un accidente automovilístico, le dijo a Ali Shroukh. Los soldados israelíes podían arrestarlo, como sospechoso de ser cómplice porque no estaba vestido como médico y estaba cubierto de sangre. Los colonos judíos vengativos lo atacarían, pensando que era el pistolero.

Los hermanos se alejaron en su auto. Aun así, dijo Ali Shroukh, se fue solo después de que se aseguró de que las víctimas estaban siendo atendidas. Su deber era ayudar, aun cuando pensara que estaba en riesgo.

“No importa si alguien es colono, judío o árabe”, dijo. “Gracias a Dios los ayudamos”.

Llegaron a la mezquita Al Aqsa en la noche, rompiendo su ayuno y orando.

Los pequeños momentos de compasión no terminaron ahí.

Durante el funeral de Michael Mark, mientras algunos deudos gritaban: “¡Venganza! ¡Venganza!”, uno de los hijos de Mark les pidió que se fueran, según un reporte en el sitio web israelí Ynet que fue confirmado por otros familiares.

Cuando algunas personas describieron a los árabes como “asesinos” y “escoria de la tierra” en la página de Facebook de la nuera de Mark, ella respondió escribiendo que palestinos también habían tratado de ayudar.

Los palestinos “se quedaron con ellos en esos momentos difíciles”, escribió la nuera, Yiska Mark. “Pienso que deberían escribir terroristas, y no árabes”.

En el cercano Otniel, el sobrino de Michael Mark, el rabino Menachem Kelmanson, de 28 años de edad, y su esposa, Ayelet, de 27, guardaron shivá por su tío recientemente.

Ayelet Kelmanson hizo un gesto hacia su calle: tres adultos, todos padres de familia, habían sido asesinados en ataques militantes desde que comenzó el aumento de la violencia en octubre, dijo.

Sin embargo, ellos tenían buenas relaciones con los palestinos que conocían y trabajaban en Otniel, dijo Kelmanson, aun cuando estaban trabados, como pueblo, en un conflicto.

“Conocemos a los árabes”, dijo Menachem Kelmanson. “No creemos en la venganza”.

Kelmanson preguntó sobre el médico palestino que había tratado de salvar a la familia de su tío, luego empezó a llorar. “Díganle que gracias, gracias, de todo corazón”, dijo.

Diaa Hadid
© 2016 New York Times News Service