Enfrentamientos violentos estallaron en la capital siria el domingo, esto después de que insurgentes se infiltraran en partes de la ciudad a través de túneles durante la noche; un avance raro después de meses de pérdidas constantes en otras partes del país.
Fue una brecha sorprendente en el perímetro de seguridad en Damasco, donde el gobierno se ha amurallado efectivamente de las fuerzas de la oposición acampadas en dos enclaves en las partes orientales de la ciudad.
El gobierno de Bashar al-Assad se ha esforzado por mantener un aspecto de normalidad en la capital mientras sus fuerzas bombardean áreas de oposición en los bordes y suburbios de la ciudad.
Los residentes dijeron que las proyectiles de artillería y cohetes habían aterrizado en el corazón de la ciudad. Damasco Hoy, un grupo de Facebook dirigido por activistas, reportó ataques aéreos del gobierno en la zona donde ocurrieron los enfrentamientos.
Infantería del gobierno y refuerzos de tanques llegaron para repeler a los atacantes en la tarde, dijo el grupo.
El ejército sirio se apoya en una mezcla de fuerzas oficiales y semioficiales para defender su territorio, incluidas las milicias chiítas de Irán, Irak, Líbano y otros países del Oriente Medio, con sus militares agotados tras seis años de combates y defecciones.
Los enfrentamientos se centraron en una brecha controlada por el gobierno entre dos enclaves opositores sitiados, los barrios de Jobar y Qaboun. La ultraconservadora facción rebelde Ahrar al-Sham dijo que los combatientes habían liberado el área.
El Comité de Liberación de Levante (LLC), un grupo vinculado a al-Qaida, y la facción independiente Failaq al-Rahman también participaron en el ataque.
Medios estatales sirios dijeron que los militares habían rechazado un ataque de un grupo vinculado a Al Qaeda después de que “terroristas” se infiltraron a través de túneles en medio de la noche.
Rebels detonó dos grandes coches bomba a las 5:20 am el domingo cerca de Jobar. La LLC se hizo responsable del ataque.
El gobierno ha estado tratando de presionar a los rebeldes para que entreguen los sectores que mantienen en Damasco después de las victorias en la ciudad de Alepo, la ciudad central de Homs y otros suburbios de Damasco.
Decenas de miles de combatientes, disidentes y miembros de sus familias en zonas sitiadas por largo tiempo han aceptado el exilio en el noroeste del país, controlado por los rebeldes, en lo que las figuras de la oposición han denominado como un desplazamiento forzado.
Una investigación de la ONU sobre la batalla de Alepo el año pasado llegó a la conclusión de que todas las partes habían cometido crímenes de guerra, incluida la estrategia de asedio y castigo del gobierno, una táctica que continúa produciendo resultados.
En Alepo, las fuerzas gubernamentales sirias cedieron la mitad oriental de la ciudad, mientras que un bloqueo alimentario y médico llevó las condiciones de salud al borde. Los rebeldes capitularon en diciembre, y más de 20.000 residentes abandonaron la ciudad, diciendo que no podían confiar en las promesas del gobierno de su seguridad.
Residentes del vecindario al-Waer, de la oposición, comenzaron a evacuar la ciudad el sábado después de años de asedio y bombardeo. Se espera que las evacuaciones continúen durante semanas, hasta que el gobierno reclame el control sobre toda la ciudad por primera vez desde que estallaron las manifestaciones contra Assad en 2011.
Las fuerzas gubernamentales han asediado Jobar desde 2013.
En la provincia de Idlib, por lo menos nueve civiles murieron en lo que los activistas dijeron eran ataques aéreos del gobierno.
El grupo de búsqueda y rescate de la Defensa Civil dijo que tres niños y una mujer habían muerto en un ataque aéreo en la aldea de Khan Shaykhun, y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos del Reino Unido informó que otras cinco personas habían muerto en la capital provincial.
Las imágenes del centro de medios de Edlib, que está dirigido por activistas, mostraron a los paramédicos trabajando para excavar a las víctimas entre los escombros.
