Corea del Norte, en el punto de mira de Trump tras Irán y Rusia

EEUU abrió este viernes un nuevo frente en el escenario internacional poniendo en guardia a Corea del Norte contra cualquier veleidad de ataque nuclear, después de lanzar advertencias a Irán y Rusia.

Durante una visita a Seúl, el nuevo secretario de Defensa, James Mattis, advirtió este viernes de que un ataque nuclear de Corea del Norte contra EEUU o alguno de sus aliados provocaría una respuesta “eficaz y aplastante” por parte de Washington.

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El responsable del Pentágono es el primer alto funcionario de la Administración Trump que realiza un viaje oficial al extranjero. Llegó el jueves a Corea del Sur y continúa este viernes en Japón una gira destinada a garantizar el compromiso de Washington con la seguridad de sus aliados clave.

La víspera de este visita, la oposición japonesa pidió al primer ministro, Shinzo Abe, que rompiese su silencio sobre el decreto de Donald Trump que prohíbe el ingreso a territorio norteamericano a ciudadanos de siete países musulmanes y refugiados de todos los países, y le instó a tomar posición respecto a los derechos humanos.

“No descartamos nada”

Las declaraciones más amenazantes de Trump fueron dedicadas a Irán, tras su ensayo reciente de un misil balístico. “Irán está jugando con fuego, no aprecian lo ‘amable’ que fue el presidente Obama con ellos. ¡Yo no!”, afirmó este viernes en uno de sus tuits matinales.

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Posibles medidas de represalia contra personas o entidades vinculadas al programa de misiles balísticos iraní serían la primera manifestación del endurecimiento anunciado por Washington frente a la República Islámica, a pesar del histórico acuerdo sobre el programa nuclear del país firmado en julio de 2015 entre Teherán y las grandes potencias mundiales.

Este acuerdo fue el gran trofeo diplomático del predecesor de Trump, el demócrata Barack Obama, quien se esforzó por reducir las tensiones con Irán.

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El republicano, en cambio, recurre a un tono beligerante contra Teherán: “No descartamos nada”, respondió a la prensa cuando se le preguntó sobre una eventual acción militar. La República Islámica denunció amenazas “sin fundamento, repetidas y provocadoras”.

Rusia y Crimea

Más sorprendente resultó que la nueva administración también arremetiera contra Moscú, ya que el acercamiento con el presidente ruso, Vladimir Putin, era una de las prioridades de Trump, tal como ya se encargó de repetir durante toda la campaña electoral.

Su nueva embajadora ante la ONU, Nikki Haley, “condenó las acciones agresivas de Rusia” en Ucrania. El jueves afirmó ante el Consejo de Seguridad que se mantendrían las sanciones contra Moscú “hasta que Rusia devuelva el control de la península [de Crimea] a Ucrania”.

Tras haber sido avalado por el Senado, el nuevo secretario de Estado, Rex Tillerson, tendrá que precisar rápidamente las orientaciones de Estados Unidos en política exterior.

Este texano de 64 años, ingeniero de formación y sin experiencia política, hizo toda su carrera profesional en el grupo petrolero ExxonMobil, el cual llegó a dirigir. Se lo considera cercano a varios jefes de Estado del mundo.

“Algunos no quieren a Rex porque se entendía bien con los dirigentes del planeta (…). Es algo bueno, no malo”, opinó Donald Trump en alusión a su proximidad con Vladimir Putin.

El 69º secretario de Estado también deberá engrasar los engranajes internos de la administración. Reconoció que la victoria del empresario inmobiliario no era del gusto de todos en el aparato de Estado.

Según un diplomático, el Departamento de Estado, habitualmente considerado como progresista, sufre una “insurrección” burocrática. Un millar de diplomáticos y funcionarios contestatarios firmaron un memorando interno denunciando el reciente decreto anti-inmigración firmado por Donald Trump y que, hasta hoy, sigue afectando a las relaciones internacionales de EEUU.