La incertidumbre de no saber qué pasará con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) apenas tome posesión de su cargo el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el 20 de enero, debe ser visto como una oportunidad para México y voltear a ver otras regiones, pero sobre todo mirar hacia adentro la gran posibilidad de inversiones que se tienen, aseguró Martín Rodríguez Sánchez, presidente del Consejo Empresarial de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y El Caribe (COPPPAL).
Sin embargo, es necesario que “se ataque el problema de la corrupción que se genera en materia de negocios, porque ello es lo que ahuyenta a los inversionistas”, afirmó.
En entrevista, el también CEO de Join Business Global Group expresó que al inversionista extranjero le preocupa más la corrupción que se vive en México que la delincuencia misma. Es por ello necesario, subrayó, que se aceleren los pasos para aplicar el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), que se genere confianza hacia el exterior y con ello hacer frente a distintos retos que se tienen no solamente en el país, también en el continente: nutrición, salud, vivienda y educación, entre otros.
“Sí hay temores, pero por el tema de corrupción, en cuanto a negocios no. Están claros los sectores que les interesan. Quieren garantías del gobierno, si la hay puede haber mucha inversión”, expuso.
Aunque comentó que existe la seguridad jurídica, “pero está mal entendida. El tema fiscal es demostrativo. Lo que más les impacta es la corrupción gubernamental, ni siquiera es el asunto de la delincuencia”.
Rodríguez Sánchez señaló que el tema de acabar con el TLCAN —en caso de que así lo decida el nuevo gobierno de Estados Unidos— no será cosa sencilla, tomará unos dos o tres años, tiempo que México deberá aprovechar para concretar acuerdos para construir mejores inversiones, fuentes de empleo y mayor rentabilidad para las empresas.
Externó que “para el empresario mexicano la inversión y la política bien aplicada, estructurada en estímulos fiscales y en un marco económico que rija en cada país, ayuda a salir adelante”. La amenaza de que se podría acabar el TLCAN, añadió, debe ser vista como una oportunidad para México, que bien puede explotar sus distintos sectores que han estado olvidados como el campo.
“Me he sentado en México en pláticas extraoficiales, con senadores, funcionarios públicos, para llegar a tener esquemas de interpretación en todo esto. Porque es especulación”, aseguró.
En torno al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, afirmó que “tendría que existir un marco jurídico entre los países, porque si a un país le afecta que él (Donald Trump) termine con ese tratado, lo enmarca en algunos ordenamientos del mismo tratado que podemos nosotros defendernos jurídicamente, podemos meter amparos, hacer trámites que llevarían no solamente los seis meses, sino hasta tres años en pelear la parte jurídica internacional”.
Recordó que China está muy interesada en México en el sector agrícola. “Es un país muy poderoso. Todos los análisis de los tratados que existen nos dejan en conclusión que podemos voltear a ver a China como una opción. Pero no es tan fácil que se termine el TLCAN, esa es parte jurídica de los tratados”, explicó.
