Para cortejar a millennials, los hoteles tienden el tapete de yoga

NUEVA YORK ⎯ James Giannantonio no se considera un maniático del ejercicio. Pero Giannantonio, un residente de Filadelfia de 31 años de edad, sabe que podría parecer así cuando visita Nueva York.

“Tengo la misma rutina cada vez que vengo”, dijo. “Me registro, luego tomo el tapete de yoga en la pequeña área para ejercicio que incluyeron en cada habitación, y realizo algunos ejercicios de estiramiento y yoga ligera durante 20 minutos. Luego me encamino al gimnasio y corro en la caminadora durante 35 o 40 minutos”.

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Giannantonio lo hace cada dos semanas, cuando se hospeda en Even Hotels Times Square South. Su trabajo como gerente de proyecto para la compañía de energía Veolia, con sede en París, requiere las frecuentes visitas al hotel.

“El detalle es la regularidad”, dijo. “Si vengo aquí, sé que me comprometeré lo suficiente para querer hacer ejercicio”.

Giannantonio quizá sea solo uno de millones de millennials que se inclinan por seleccionar un hotel con base en su capacidad para ayudarles a mantenerse en forma. Un sondeo de 2016 realizado por la firma de viajes y hospitalidad MMGY Global encontró que casi la mitad de los millennials dijo que un centro de acondicionamiento físico prémium con opciones de clases de ejercicios dentro o fuera del lugar influía cuando elegían un hotel, en comparación con más de un tercio de los miembros de la Generación X y menos de una cuarta parte de los baby boomers. (El estudio de MMGY contó a los millennials como aquellos nacidos entre 1980 y 1998.)

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Otros estudios también han demostrado la sensatez de usar el acondicionamiento físico para promoverse ante los viajeros millennials. En el sondeo de rastreo de viajes de verano realizado el año pasado por American Express Travel, 49 por ciento de los millennials dijo que veía un gimnasio en el lugar como una de las características más importantes en un hotel.

Los hoteles han estado moviéndose en esa dirección. La Asociación Estadounidense de Hoteles y Albergues encontró que 85 por ciento de los hoteles tenían instalaciones de acondicionamiento físico el año pasado, un aumento respecto del 63 por ciento en 2004.

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Cadenas hoteleras como Even, que tiene seis hoteles y cinco en construcción con habitaciones que empiezan en alrededor de 199 dólares por noche, están haciendo más que ofrecer opciones de acondicionamiento físico. Todo, desde los batidos verdes servidos en su cafetería Cork & Kale hasta las bolsas de malla ofrecidas a sus huéspedes para que depositen su ropa de ejercicio sudada ⎯ la ropa es devuelta lavada, secada y doblada en un plazo de dos horas ⎯, está hecho con la idea de promover la salud.

Bienestar, en realidad, es el término preferido.

“Cuando desarrollamos Even Hotels, el mundo no necesitaba otra marca hotelera”, dijo Jason Moskal, vicepresidente de marcas de estilo de vida para InterContinental Hotels Group. “Lo que el mundo necesitaba era un lugar que les ayudara a mantener su bienestar”.

Los millennials, dijo Moskal, son “un número importante de nuestros huéspedes, y el bienestar es lo primero en la mente de ese grupo demográfico”.

Por tanto, todas las habitaciones de los hoteles Even tienen un escritorio para estar de pie y zonas para ejercitarse, las cuales incluyen el equipo de yoga que Giannantonio usa habitualmente, así como bandas de resistencia, otomanas que sirven también como equipo de apoyo para hacer ejercicio y un televisor con 20 videos de ejercicios. El centro de acondicionamiento físico de 140 metros cuadrados en Even Times Square South cuenta con caminadoras prémium hechas por Woodway, entre otras máquinas de alta tecnología.

Los gerentes generales de los hoteles Even no son llamados así. Más bien, son llamados “directores de bienestar”. Entre sus responsabilidades está organizar y encabezar grupos de corredores para huéspedes no familiarizados con la ciudad en la cual se están hospedando.

Dieter Schmitz, director de bienestar en Even Times Square South, dijo que corre con los huéspedes hacia el río Hudson y de regreso al menos una vez a la semana.

“En ocasiones solo va una persona conmigo”, dijo Schmitz. “Pero a la gente le gusta la flexibilidad de poder ejercitarse con alguien más o a solas, en su habitación. Así que eso es lo que ofrecemos”.

La flexibilidad, según Claire Bennett, vicepresidenta ejecutiva de servicios de viaje y estilo de vida en American Express Travel, es esencial para atraer a los millennials. Y esa es la razón de que más hoteles estén ofreciendo opciones como entrenadores personales en el lugar, programas de préstamo de zapatillas deportivas y pases de asistencia para estudios boutique de acondicionamiento físico locales.

“Los hoteles importantes se están dando cuenta de que poner el acondicionamiento físico primero importa mucho a este grupo demográfico, y que necesitan tener opciones para que ejercitarse no se sienta como una tarea rutinaria”, dijo Bennett. “Y si pueden incurrir en algo único del lugar, eso es un buen equilibrio. Los días de la vieja caminadora en el sótano ya no son realmente la estrategia”.

La diversión, dijo, también se ha vuelto una prioridad para los hoteles que cortejan a los millennials. “Quieren tener el tipo de experiencia que puedan publicar en Instagram”, dijo.

En Kimpton Hotels, una cadena de 63 propiedades con habitaciones que promedian 233 dólares por noche, las opciones que parecen especialmente dignas de Instagram incluyen un muro de escalar y una estructura de barras en el Kimpton Alexis Hotel en Seattle, partidos de basquetbol improvisados con un ex jugador de basquetbol universitario que también es portero en el Kimpton Hotel Vintage Portland y andar en kayak en el Kimpton Onyx Hotel en Boston.

“La idea es ejercicio para la vida”, dijo Jenne Oxford, gerente general del Kimpton Alexis. “Y si uno va a estar en buena condición para la vida, ¿por qué no hacerlo divertido?”

Oxford dijo que se había acostumbrado a escuchar el término “acondicionamiento físico funcional” entre los huéspedes millennials, lo cual es la razón de que el enfoque de su hotel para el ejercicio incluya acceso a clases de yoga y de otro tipo, y a equipo estándar como pesas y bicicletas estacionarias.

“El acondicionamiento físico funcional es cuando se hacen cosas que te harán mejorar en las cosas que haces en la vida normal”, dijo. “Por ejemplo, si eres padre, quieres poder ponerte en cuclillas y jugar con tus hijos, así que haces ejercicios que te ayuden con el movimiento. O si eres esquiador, quieres poder esquiar mejor, entonces te ejercitas con ese objetivo en mente”.

Bennett dijo que Westin Hotels and Resorts se había convertido en un favorito entre los corredores porque busca optimizar la estadía de un corredor.

Brian Povinello, vicepresidente sénior y líder de marca mundial de Westin, dijo que RunWestin, un programa iniciado en 2012 con New Balance, tenía varias partes.

“Al nivel más simple, todos los hoteles incluyen un mapa para correr y rutas de entre tres y cinco millas (4.8 y ocho kilómetros)”, dijo. “Y ofrecemos el servicio de que, cuando las personas regresan de correr, les damos una toalla y una botella de agua”.

Un programa de préstamo de zapatillas deportivas permite a los huéspedes pedir prestadas zapatillas New Balance, y un “conserje para corredores” personalizará mapas para los excursionistas. Por ejemplo, dijo Povinelli, “Westin Maui tiene una ruta a través de la formación Black Rock, donde la gente se sumerge al final”.

“Ese es un gran momento digno de Instagram”, añadió. “Y cuando uno se hospeda en Seattle, el Westin ahí tiene una ruta alrededor del Space Needle”.

Los huéspedes de Westin, como los de Even, pueden evitar la monotonía de correr solos. “Este deseo de ejercitarse en grupo, en vez de que sea una experiencia solitaria, es algo que realmente estamos viendo que impulsan los millennials”, dijo Povinelli.

“Así que una de las cosas que hemos desarrollado en los últimos 12 meses y que muchos de los hoteles están haciendo”, continuó, “es lo que llamamos ‘sweatworking’, donde se tiene a un grupo que sale a correr en la noche en vez de en la mañana, y luego se sientan a tomar cocteles o refrescos juntos al terminar. Tiene un aspecto social y se vuelve casi como una oportunidad de relacionamiento”.

Los millennials, dijo Bennett, están “poniendo alta la barra para la diversidad y la novedad”.

Tammy La Gorce
© 2017 New York Times News Service