Cuando la comedia hiere profundamente

NUEVA YORK “Nadie muere en Nueva York sin que yo hable”, dijo Fran Lebowitz, al llegar para almorzar con Bill Maher a fines de junio, unas horas antes de hablar en un servicio fúnebre esa tarde. “Así es como sé que soy inmortal. ¿Quién hablaría en todos esos servicios sin mí?”

Bajo diferentes circunstancias, Lebowitz, un escritor, humorista y editor colaborador de Vanity Fair, de 66 años de edad, podría haber presidido el servicio fúnebre del programa televisivo de Maher, “Real Time With Bill Maher”, un popular programa de debate semanal presentado por el comediante y satírico político en HBO.

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Su cita para almorzar se dio unas semanas después del muy condenado uso que hizo Maher de un epíteto racial mientras contaba un chiste en su programa. Muchos demandaron su cancelación. Pero una disculpa pública por parte del presentador y un subsecuente episodio de “Real Time” que examinó su error lo mantuvo al aire.

Maher, de 61 años de edad, no es ajeno a la controversia. Su programa anterior, “Politically Incorrect With Bill Maher”, fue cancelado por ABC en 2002 después de que hizo declaraciones criticadas como insensibles en torno al 11 de septiembre. Desde la concepción de “Real Time”, ha incorporado el sarcasmo y el pensamiento independiente a sus críticas de la política republicana y demócrata, y especialmente al gobierno de Donald Trump.

Como Maher, Lebowitz a menudo asume posiciones escandalosas (y escandalosamente divertidas) sobre una variedad de temas, incluido el uso que hizo Maher de la palabra con N en su programa televisivo.

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PHILIP GALANES: Empecemos con la comedia en los años 70, cuando ambos comenzaron sus carreras: “All in the Family”, los clubes de comedia. Mucho del humor era racial o étnico entonces. ¿Había un nuevo permiso para explorar la identidad?

BILL MAHER: Mi primer actuación giró totalmente en torno de ser medio judío y medio católico: “Traje a mi abogado a confesarse conmigo”. Johnny Carson me hacía repetir ese chiste cada vez que iba. Pero de eso es de lo que uno habla cuando es un comediante joven: su historia personal. No ha sido cubierta todavía.

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FRAN LEBOWITZ: (Jerry) Stiller y (Anne) Meara lo hacían. Era todo su acto. Él era judío, y ella era irlandesa católica. Y los comediantes del Borscht Belt hacían bromas sobre ser judíos.

MAHER: Pero eso era diferente. Los cómicos del Borscht Belt no estaban trazando una distinción entre ellos mismos y el público. No creo que quisieran hacer eso.

GALANES: Quizá fue una libertad generacional. Yo soy nieto de inmigrantes. Ellos eran recelosos de los estadounidenses. Era el “nosotros” contra “ellos”. Pero yo ponía los ojos en blanco ante eso.

LEBOWITZ: Mis abuelos también eran inmigrantes. Para mí, los niños realmente estadounidenses eran aquellos cuyos abuelos hablaban perfectamente el inglés. Siempre noté eso. Recuerdo una vez en la escuela dominical, el maestro me dijo: “Si Estados Unidos tuviera una guerra con Israel, ¿de qué lado estarías?” Me sentí consternado por esto. Soy estadounidense. Siempre estoy de nuestro lado.

MAHER: Mi madre no nos dijo que era judía, y nunca salió a la conversación, aun cuando mi hermana, mi padre y yo íbamos a la iglesia cada semana.

GALANES: ¿Y nunca dijo: “Mamá, por qué no vienes?”

MAHER: ¡Exactamente! No hasta que tuve 13 años de edad, lo cual dice mucho. Cualquier cosa que uno haga alrededor de un niño, este supone que es normal. Esa es la razón de que tanto abuso no sea reportado. Un niño solo conoce lo que sucede y no piensa que sea extraño.

LEBOWITZ: Cuando era niño, la idea era el crisol. Todos los inmigrantes se convertían en estadounidenses. Y el movimiento de derechos civiles no estaba destinado a separar a dos pueblos; estaba dirigido a formar un solo pueblo. Pero la integración es difícil. La cultura blanca no te deja entrar de inmediato. Pero la integración es un objetivo mucho mejor que separar y dividir a la gente en chorrocientos millones de cositas. Esa es una muy mala idea.

MAHER: Necesitamos encontrar un terreno medio sobre la raza. Si uno ve el sondeo entre los conservadores, los republicanos y los espectadores de Fox News, piensan que el racismo ha terminado; lo cual es una locura. Negar el racismo es el nuevo racismo. Y, por otro lado, se tiene al tipo blanco liberal, #BlancoTanSoso. Ellos piensan que están haciendo las cosas mejor flagelándose como el asesino albino en “The Da Vinci Code”.

LEBOWITZ: Pero no estamos realmente en la era del terreno medio.

GALANES: Quizá el único terreno medio ahora es la indignación por episodios como su reciente incidente con la palabra con N. ¡Furia total! ¿Piensa que lo abochornaron?

MAHER: No.

GALANES: ¿En serio? ¿No estuvo viendo Twitter?

MAHER: Pienso que la mayoría de la gente entendió que fue un error de comediante, no un error racista.

GALANES: Su primer invitado en el subsiguiente programa de disculpa, Michael Eric Dyson, fue bastante blando con usted. Pero Ice Cube estaba justamente indignado. Quería llamarlo a cuentas.

MAHER: Escuche, espero que hayamos tenido un momento pedagógicamente aprovechable sobre la raza: tratar de sacar algo bueno de algo malo. Pero quizá también sobre cómo manejar algo como esto: disculparse sinceramente si uno está equivocado yo lo estuve y responsabilizarse.

GALANES: Misión cumplida, como dijo el presidente Bush.

MAHER: Pero no tenemos que humillarnos, y no tenemos que admitir cosas que no son ciertas. Cuando Ice Cube dijo algo sobre que yo contara chistes de afroamericanos, no iba yo a decir: “Oh, bueno, cometí un error; también podría admitir errores que no he cometido”. Nunca he hecho chistes de afroamericanos. He hecho chistes sobre racistas. Pero mi base de seguidores sabe eso, así que no llegó a ningún lado.

GALANES: ¿Puede diferenciar este episodio del posterior al 11 de septiembre, cuando su programa en ABC fue cancelado? En ese entonces, estuvo de acuerdo con un invitado que dijo que los secuestradores del 11 de septiembre no fueron cobardes. Francamente, la disposición a hacerse estallar uno mismo no es mi idea de cobardía tampoco. Quizá sea una locura o un acto malvado. Espero no ser despedido por esto.

LEBOWITZ: Usted no trabaja para Disney.

MAHER: Parte de la diferencia, como dice Fran, es que yo estaba en una cadena con patrocinadores. Y cuando los patrocinadores se retiran, la cadena no tiene opción. Pero, además, la declaración sobre el 11 de septiembre tenía un significado detrás. Lo reciente fue solo un error. No debería haber usado esa palabra, incluso buscando hacer un chiste.

LEBOWITZ: Lo peor sobre esto es que siempre hay indignación en torno a la gente en la industria del espectáculo, quienes no tienen verdadero poder. Son artistas. Preferiríamos que estuvieran de acuerdo con nosotros, y hacer lo correcto. Pero la indignación moral debería reservarse para el Congreso o la Suprema Corte. Para mí, el hecho de que la gente no pueda diferenciar entre estas cosas es por la cual tenemos a Donald Trump como presidente. La gente quiere recibir entretenimiento las 24 horas. Y está buscando en el entretenimiento lo que debería estar buscando en otras secciones de la vida.

GALANES: Sé que ustedes no se consideran opositores, pero cuando The New York Times dijo que había una posibilidad del 91 por ciento de que ganara Hillary, ¿vieron venir a Trump?

MAHER: No recuerdo a alguien más en los medios que tomara a Trump tan en serio como yo cuando habló sobre postularse para la presidencia. En los años previos a eso, la gente decía: “Oh, solo lo está haciendo por su marca. No se postulará nunca”. Y recuerdo haber pensado: “No, este es un egocéntrico gigantesco. Él piensa que debería ser presidente”.

LEBOWITZ: Me quedé atónito cuando ganó. Pasé un año recorriendo el país, diciéndole a miles de personas: “No se preocupen. Hay cero posibilidades de que gane”. La razón por la que lo pensaba … bueno, hay un millón de razones por las que Donald Trump es una broma. Siempre ha sido una broma en Nueva York, lo cual es la razón de que Hillary Clinton ganara, 9 a 1, en la Ciudad de Nueva York. Ni siquiera es tomado en serio por otros desarrolladores inmobiliarios, quienes no son exactamente físicos teóricos.

Philip Galanes
© 2017 New York Times News Service