Cuando los amigos como Jordania roban armamento

En su editorial, CUANDO LOS AMIGOS COMO JORDANIA ROBAN ARMAMENTO, The New York Times dice lo siguiente:

A los escépticos de los esfuerzos estadounidenses para armar a los rebeldes que combaten al gobierno en Siria, les ha preocupado desde hace mucho tiempo que el armamento se pudiera desviar hacia fuerzas opositoras o terroristas. Sin embargo, no esperaban el desvío por parte de miembros del tan mencionado servicio de inteligencia de Jordania, que trabajaba con Estados Unidos en el entrenamiento de los rebeldes. Las revelaciones que hicieron The Times y Al Yazira de tal robo han mostrado cómo hasta un aliado supuestamente incondicional puede minar los intereses estadounidenses y ayudar a sus enemigos.

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En una investigación conjunta, las agencias de noticias encontraron que agentes jordanos de inteligencia habían robado y vendido en el mercado negro, en forma sistemática, millones de dólares en armamento que la CIA había enviado al país y a Arabia Saudita para que lo usaran los rebeldes sirios. Algunas de las armas se utilizaron en un tiroteo en noviembre, en el que un oficial jordano mató a dos estadounidenses y a otros tres en un centro de entrenamiento de la policía en Amán, informaron.

La noticia es impactante porque, en parte, Estados Unidos ha considerado desde hace mucho a Jordania como uno de sus aliados más cercanos en la región. El país ha sido un socio activo en los ataques aéreos liderados por Estados Unidos y ha proporcionado muy importantes locaciones para el entrenamiento, armado y coordinación de los rebeldes que combaten para derrocar al presidente Bashar Asad de Siria. Alrededor de 2,000 fuerzas estadounidenses estaban estacionadas en Jordania desde enero.

Estados Unidos le ha prometido a Jordania por los menos 3,000 millones de dólares en ayuda militar y económica hasta el 2017, en parte, para ayudar a que se haga cargo de unos 650,000 refugiados sirios.

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La CIA ayudó a Jordania a establecer su servicio de inteligencia _ el Directorio General de Inteligencia o DGI _ durante el reinado del rey Husein, quien murió en 1999. Aun cuando en Washington se respeta al organismo como a una fuerza profesional y competente, dos de sus directivos recientes fueron a la cárcel por malversación, lavado de dinero y fraude bancario. El caso más reciente indica que hay corrupción en todo el Directorio.

En lugar de entregar las armas a los rebeldes a los que apoya Estados Unidos, funcionarios jordanos involucrado en la estafa reciente vendieron rifles Kalashnikov, morteros y granadas impulsadas por cohetes a varios grandes bazares de armas que, de tiempo atrás, han surtido los arsenales de bandas criminales, tribus y otros grupos. Luego, los funcionarios se compraron vehículos todo terreno, iPhones y otros artículos de lujo. Aunque el rumor del robo llegó al gobierno jordano el año pasado, la operación no se terminó sino hasta hace unos meses debido a las reclamaciones estadounidenses y jordanas.

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Los investigadores del DGI detuvieron a varias docenas de funcionarios involucrados en el complot y los despidieron. Sin embargo, al final los liberaron y les permitieron conservar las pensiones y ganancias del robo.

Obviamente que las revelaciones hicieron añicos la credibilidad del gobierno jordano y de su servicio de inteligencia cuando se trata de combatir a la corrupción. También son una condena contra la CIA porque, desde hace tres años, ha sido responsable de entrenar a miles de rebeldes, considerados moderados, para que utilicen Kalashnikovs, morteros, misiles antitanques guiados y otro armamento. Al principio, el presidente Barack Obama se resistía a darles armas letales a los rebeldes debido al riesgo de que cayeran en las manos equivocadas. Sin embargo, en el 2013, autorizó el programa encubierto y encargó a la CIA investigar a los rebeldes y controlar la afluencia de armas. La CIA ha fallado en su supervisión del armamento.

Este escándalo debería ser una advertencia para quienes, incluida Hillary Clinton, quieren profundizar la participación militar de Estados Unidos en Siria.

July 4 2016, at 03:33 PM
© 2016 New York Times News Service