Cuba: El doble discurso de Calderón

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- El 6 de mayo de 2006, 48 horas después de que un operativo policiaco se consumara en San Salvador Atenco, Felipe Calderón expresó su apoyo a los gobiernos del entonces presidente Vicente Fox, y del mexiquense, Enrique Peña Nieto. El saldo fue de dos jóvenes muertos, más de 200 detenidos, decenas de torturados, mujeres víctimas de agresión sexual, así como cinco extranjeros expulsados, sobre los que el entonces candidato presidencial del PAN dijo:

“Es sorprendente que haya extranjeros metidos en este asunto; es para ir a investigarse perfectamente, porque me parecería inaceptable una intervención de extranjeros en cosas de mexicanos.”

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Calderón se refería a las españolas Cristina Valls y María Sortres, la alemana Samantha Dietmar, así como a los chilenos Mario Alberto Aguirre y Valentina Larissa Palma, quienes un día antes fueron expulsados del país por su presunta participación en los hechos de Atenco.

Ya con Calderón en la Presidencia, el gobierno mantuvo la prohibición para que los mencionados extranjeros volvieran a México, hasta que en abril de 2009 un amparo invalidó la orden girada por el Instituto Nacional de Migración (INM), que no había fundado ni motivado adecuadamente la medida; es decir, no comprobó los actos que les imputó para expulsarlos.

Casi 11 años después a Felipe Calderón le pasó lo mismo: la mañana del pasado martes 21, el expresidente escribió una serie de tuits informando que el gobierno de Cuba no autorizó su ingreso a la isla y lamentaba no poder estar en el homenaje al extinto disidente

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Oswaldo Payá, cuya hija, Rosa María, era anfitriona de una concentración de personalidades de distintos países relacionados con la Fundación para la Democracia Panamericana y organizaciones locales anticastristas.

Los mensajes de Calderón se iniciaron a las 10:00 horas, aunque una hora y media antes había calificado de absurdo que impidieran el arribo de la chilena Laura Mariana Aylwin Oyarzún, exministra de Educación de su país e hija del expresidente Patricio Aylwin, y destacada por su activismo democristiano internacional, igual que Calderón quien, poco antes de conocer que también estaba vetado, pedía al gobierno de Raúl Castro una rectificación.

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A Calderón y Aylwin se sumó –entre otras personalidades– el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro Lemes, a quien la anfitriona del acto pretendía otorgar el premio “Oswaldo Payá”. Así que a lo largo del martes 21, las críticas se internacionalizaron.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (Minrex) emitió un comunicado un día después, el miércoles 22, para exponer los motivos de su decisión. En síntesis calificaba a Aylwin, Calderón y Almagro de “personajes ultraderechistas”; y a los organizadores del acto los acusó de ser “un grupúsculo ilegal anticubano” relacionados con diferentes organizaciones internacionales a las que señaló también de “derechistas”.

Según el Minrex, se trataba de un plan para dañar la imagen internacional del país que “consistía en montar en La Habana una abierta y grave provocación contra el gobierno cubano” y “generar inestabilidad interna”.

En cuanto a esto último, el planteamiento y la consecuencia eran similares a lo expuesto por Felipe Calderón en 2006 para el caso de México: se trataba de extranjeros que iban a Cuba para inmiscuirse en cosas de cubanos, por lo cual se les trató como indeseables.

Expulsiones y rechazos
Ante lo ocurrido a Felipe Calderón en su intento por ir a Cuba, la Secretaría de Relaciones Exteriores también emitió un tuit: “La SRE lamenta la decisión del gobierno de Cuba, de no autorizar la visita a La Habana del expresidente Felipe Calderón”. Fue todo.

En México, por ley, los extranjeros no pueden inmiscuirse en asuntos de la cosa pública. El Artículo 33 constitucional se ha mantenido a través de la historia y su aplicación fue discrecional, a cargo del Poder Ejecutivo; en 2015 se reglamentó, por iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto, para otorgar derecho de audiencia.

Oficialmente el Artículo 33 no se aplica desde abril de 1998, cuando 12 personas fueron expulsadas por su presunta implicación con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Lo anterior se pudo identificar a partir de una consulta a la herramienta zoom del portal Infomex, donde se colocan respuestas a solicitudes de información realizadas por particulares.

Este semanario documentó (Proceso 1211), que entre 1994 y 2000 fueron expulsados, mediante la aplicación del mencionado artículo o a través de otros preceptos jurídicos, alrededor de 500 extranjeros, muchos de ellos con participación en labores humanitarias o de observación.

Las bases de datos de acceso público, relacionadas con extranjería y migración, no permiten observar cuántos extranjeros han sido rechazados –por motivos políticos– en su intento por ingresar a México y tampoco se pudieron localizar registros abiertos sobre expulsión de extranjeros por algún tipo de activismo.

En los últimos años se han documentado distintos casos y denuncias por rechazo o expulsión de extranjeros en su ingreso a México, para participar en foros o eventos similares al de Cuba, pero con otra tendencia ideológica.