Cuba niega visa a Luis Almagro, secretario de la OEA

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El gobierno cubano no solo impidió la entrada al expresidente mexicano Felipe Calderón y la exministra y exsenadora chilena Mariana Aylwinal, quienes asistirían a la ceremonia de la entrega del Premio Oswaldo Payá: Libertad y Vida… también rechazó otorgarle la visa al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien iba a recibir el reconocimiento.

A través de su cuenta de Twitter, Almagro informó que las autoridades de Cuba le negaron el visado para la visita y publicó una carta dirigida a la presidenta de la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia, Rosa María Payá.

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“Pongo en su conocimiento mi imposibilidad de ir dado que mi solicitud de visa para el pasaporte oficial de la OEA fue denegada por el Consulado de Cuba en Washington, al tiempo que me fue negada la posibilidad de ingreso con documento uruguayo, que no requiere visado”.

Recordó que el jueves pasado, el funcionario de la OEA Chris Hernández-Roy fue convocado a una reunión por el cónsul de Cuba en Washington y el primer secretario del Consulado, donde se les advirtió que “no nos iban a otorgar la visa, que nuestro ingreso a Cuba sería negado (aun en caso de viajar con pasaporte diplomático uruguayo)”

Así como “el ‘asombro’ por el involucramiento del Secretario General de la OEA en actividades anti-cubanas, y que el motivo por el cual solicitamos las visa es considerado ‘una provocación inaceptable’”.

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También, que el premio (Premio Oswaldo Payá: Libertad y Vida) no es reconocido por el Estado cubano y que las actividades de ‘Cuba Decide’ socavan al sistema electoral cubano.

Continúa Almagro: “Hemos respondido a estas argumentaciones señalando que ‘el único interés de nuestra parte, ha sido, es y será facilitar el acercamiento de Cuba a los valores y principios del sistema interamericano, tanto en lo que refiere a la defensa de la democracia como a la promoción y respeto de los derechos humanos, al tiempo de expandir los logros de Cuba en la ciencia, salud y educación a nuestra región’”.

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Asimismo, “hemos señalado que algún análisis tan superficial como alarmista, parece haber alertado sobre el peligro que mi visita y la ceremonia anunciada podrían tener para el futuro de las relaciones Cuba- Estados Unidos, y el bienestar del pueblo cubano ya que se podría motivar una actitud de endurecimiento del gobierno hacia grupos que no comulgan con este”.

“Empero consideramos que sería bastante ridículo que luego de 58 años de revolución, tanto el bienestar del pueblo cubano, como las relaciones bilaterales con Estados Unidos, dependieran de esta ceremonia”, añade.

“No es mi interés evaluar la situación política interna de Cuba ni sus diferentes tendencias políticas y no me compete opinar sobre ello”.

Y aseguró que su presencia y la ceremonia en la que recibiría el premio no se diferencia de otros eventos similares que tienen lugar en otros países de la región y en los que he participado y que se realizan sin que el gobierno los apoye necesariamente, pero sin censurarlos, porque son parte de la tolerancia de los sistemas y valores democráticos.

“Mi única preocupación adicional es garantizar que no exista ninguna forma de represión ni represalia alguna, sobre los organizadores del evento. Ello sería absolutamente injusto e indeseable”.

Dejó en claro que en ningún caso “mi presencia y actividades son anti-cubanas. Por el contrario deseo que Cuba alcance los máximos niveles de desarrollo y bienestar social para su pueblo, con todos los derechos garantizados para todos los cubanos”.

“Es obvia mi discrepancia con la criminalización del grupo ‘Cuba Decide’ pues los mecanismos constitucionales de democracia directa que proclaman, son un instrumento esencial para la expresión de los pueblos. Es claro además que, por el contrario, quiero honrar la memoria de Oswaldo Payá”, concluye Almagro en su carta.