Curados de espanto

Apenas ayer en esta columna advertía que para fortuna del gobernador Francisco Vega y del presidente municipal Jorge Astiazarán, estos habían unificado a la población, particularmente a los hombres del dinero.

Lo malo del asunto es que los unieron en su contra, pero eso es pecata minuta.

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Ahora este malestar lo externan incluso los pequeños empresarios, los que no tienen los recursos necesarios para pertenecer a la Canaco, la Canacintra, la Coparmex o el CCE, pero cuya voz cuenta si hacemos caso a eso de la voz de las empresas.

La información es clara:

A consecuencia del repunte en el índice de hechos delictivos que se han registrado los últimos meses en Tijuana, la ciudadanía ha perdido la capacidad de asombro ante tales actos, así lo dijo el presidente de la Cámara Nacional de Comercio en Pequeño (Canacope) Tijuana, Heriberto Villalobos Rentería.

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“Necesitamos una estrategia contundente que en realidad termine con la delincuencia, ya que cada día los actos delictivos son peores, por desgracia ya se está perdiendo la capacidad de asombro, tal es el caso de la persona atacada al exterior de un restaurante de hamburguesas, la víctima herida a balazos entró al establecimiento y los comensales sencillamente siguieron comiendo mientras los empleados del restaurante le prestaban auxilio”, refirió.

Villalobos señaló que si estas condiciones criminales continúan, la ciudad podría verse inmersa en una situación semejante a la sufrida el pasado 2008, uno de los años tristemente recordados por la cantidad de violencia que hundió a Tijuana en un bache económico y social muy difícil de superar.

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En ese sentido indicó que aunque la seguridad nos incumbe a todos, los verdaderos responsables de mantener la seguridad pública, como son los policías preventivos, ministerios públicos, etc., tienen la obligación de implementar una estrategia contundente los tres niveles de gobierno y garantizar a los ciudadanos la tranquilidad que requieren.

Asimismo argumentó que los comerciantes tienen que dedicar su trabajo a mejorar los precios, utilidades, otorgar un buen servicio al cliente y desde luego cuidar su patrimonio, por lo tanto, los funcionarios públicos responsables de la seguridad deben de enfocarse a lo suyo sin deslindarse de sus responsabilidades, dejando con ello a los ciudadanos tijuanenses a merced de la delincuencia.

Finalmente exhortó a las autoridades a hacer cumplir la ley y aplicarla de manera correcta, para que los delincuentes que sean detenidos no sean liberados con tanta facilidad, pues la mayoría de ellos vuelve a incurrir en actos delictivos que afectan la imagen hacia el exterior de la ciudad y por su puesto a los ciudadanos residentes de Tijuana.