¿El despertar de un gigante o un monstruo? Desarrolladores ponen la mirada en la otrora durmiente Napa

NAPA, California — En la década de 1980, cuando John Truchard era adolescente, el lugar más popular del centro de Napa era el McDonald’s, sobre la calle Jefferson Street. “Era un pueblo fantasma”, dice Truchard, dueño de la sala de vinos JaM Cellars. “No había restaurantes buenos; nada bueno para hacer”, recuerda.

Napa, con una población de aproximadamente 80,000 habitantes, es la ciudad más grande del Valle de Napa y sede del condado. Hasta hace poco, incluso mientras el Valle de Napa se convertía en un destino vitivinícola internacional, los turistas tendían a pasar por alto la ciudad para aventurarse “valle arriba” en busca de degustaciones de vino, hospedajes de lujo y restaurantes finos. Sitios como Santa Helena, Yountville y Calistoga atraían turistas mientras que Napa, a una hora al norte de San Francisco, solía ser una parada para recargar combustible. Tampoco ayudaba que las calles del centro se inundaban luego de lluvias torrenciales.

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El centro de Napa ahora tiene 65 restaurantes y 24 bodegas para degustación de vino, dice Craig Smith, director ejecutivo de la Asociación del Centro de Napa. Hace dos décadas, el centro tenía una sala para degustación y aproximadamente 30 restaurantes, que principalmente servían desayunos y almuerzos porque no había ningún motivo para abrir durante la cena, explica Smith. Una cosa que ha ayudado al crecimiento fue el proyecto para evitar inundaciones del río, completado en 2015, que desvió las aguas lejos del centro.

Para contrarrestar aún más su imagen de sede adormilada del condado, el centro de Napa está siendo renovado. Este año se tiene prevista la finalización de tres proyectos importantes de edificios nuevos.

Uno de ellos, First Street Napa, es un desarrollo de 25,550 metros cuadrados que costará 200 millones de dólares. Cubrirá tres cuadras cuadradas e incluirá más de 40 espacios para tiendas de venta al por menor, oficinas y restaurantes. Anclando el proyecto estará el Archer Hotel de 183 habitaciones, que con cinco pisos (y una azotea adicional en el sexto piso con piscina y restaurante) es el edificio más alto del Valle de Napa. El hotel contrastará con las construcciones de la ciudad, que en su mayoría son de uno y dos pisos. No incorporará más lugares de estacionamiento, pero utilizará estructuras y lotes existentes.

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Ahí cerca abrirá el nuevo puesto de avanzada del Instituto Culinario de Estados Unidos, llamado CIA at Copia. Este proyecto de dos pisos costará 12.5 millones de dólares e incluirá campamentos de entrenamiento de cocina de cinco días, un museo de arte culinario y degustaciones de vino. Su tienda de artículos para la venta, clases y restaurante ya están abiertos.

Finalmente, la cadena Feast It Forward, un canal de TV por Internet, está finalizando un edificio de dos pisos estilo granja que incluirá tiendas, vino y comida, demostraciones de cocina en vivo y música. Katie Shaffer, presidenta de Feast It Forward, dice que el desarrollo significa que “la gente finalmente se va a tomar en serio al centro de Napa”.

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“El gigante durmiente está por despertar”, destaca.

Ken Tesler, director administrativo de Blue Note Napa, un nuevo club de jazz del centro, dice: “Gracias a Dios las calles ya no cierran a las 9 p.m.”.

“Definitivamente no es el viejo Napa. Hace 10 años, Santa Helena era el lugar a ir. Hace cinco años era Yountville. Ahora, el centro de Napa es lo que está de moda, y está en un auge en serio”, agrega.

Truchard dice que por primera vez está viendo milenarios en el centro de Napa. Los bares y los clubes se quedan abiertos hasta media noche todos los días. “Aquí hay muchísima energía ahora”, destaca. “Incluso estamos abiertos hasta las 2 a.m. los fines de semana”, subraya.

No todo mundo se muestra entusiasta respecto al cambio. Algunos creen que el pueblo se está inclinando mucho hacia el turismo y que los residentes lo van a sufrir.

“Estoy completamente a favor de la revitalización, pero los locales sienten como que han sido superados”, dice Harris Nussbaum, un hombre de 81 años que ha vivido en Napa durante más de seis décadas. “A lo que me opongo es al sobre desarrollo y a los edificios altos aprobados sin estacionamiento adicional. Una vez que se construye un monstruo, no es posible deshacerlo”, explica.

El Archer Hotel es demasiado grande comparado con lo que lo rodea, dice Patricia Damery, dueña de un rancho en el condado de Napa. A Damery le preocupan los efectos de largo plazo del desarrollo en la comunidad. “¿Por qué estamos construyendo más y más hoteles?”, cuestiona. “No tenemos suficientes trabajadores para atender a los que hay ahora”, explica. Damery es integrante de la coalición Visión Napa 2050, que según dice defiende la planeación responsable y sustentable del condado de Napa.

Damery subraya que los trabajadores de sueldo bajo no pueden darse el lujo de vivir en Napa, así que se mudan a pueblos vecinos y viajan a diario a la ciudad. “No soy anti desarrollo”, afirma. “Estoy a favor del desarrollo equilibrado. El centro es maravilloso y está mucho mejor que antes, pero tenemos que invertir en cosas para calidad de vida como tránsito masivo y vivienda”, apunta.

Jill Techel, alcaldesa de Napa desde 2005, dice que la mayoría de los residentes están contentos con el crecimiento económico de la ciudad. La comisión de planificación de la ciudad ha aprobado negocios en el centro, incluyendo otros cinco hoteles y “bed-and-breakfasts” y dos salas para degustar vino. Al menos otros cuatro restaurantes abrirán en 2017.

“No estaríamos aquí si los locales no nos apoyaran”, afirma Todd Zapolski, de Zapolski Real Estate, la desarrolladora de First Street Napa. “Dijeron que necesitaban energía nueva en el centro, y querían aprovechar la inercia que ya se estaba dando”, destaca.

Jim Brandt, dueño de Napa General Store, dice que la cuadra donde se está alzando el Archer Hotel había estado inactiva desde hace tiempo. “¿Adivinen qué? Ahora la vamos a tener llena. Absolutamente espero la llegada del nuevo hotel. Más hoteles son una excelente idea y ayudan a la base gravable”, considera.

Es esencial tener una visión hacia el futuro, dice Brandt. “Cuando abrimos hace 16 años, era un pueblo fantasma”, recuerda. “Y tuvimos que sufrir la construcción del muro contra inundaciones y el cierre de calles. Ahora tenemos más visitantes que nunca”, destaca.

“Los locales llegan en manadas. Intento no meterme en política, pero hablo con todo tipo de gente que piensa que los cambios son abrumadoramente positivos”, agrega.

Kathy Chin Leong
© 2017 New York Times News Service