Detectan contaminantes humanos en las fosas marinas más profundas del mundo

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Ni el más remoto rincón del planeta se salva de la contaminación generada por la actividad humana: un estudio publicado hoy en la revista Nature, Ecology & Evolution identifica “niveles extraordinarios de contaminantes orgánicos persistentes” (COP) en poblaciones de crustáceos que viven a más de 10 mil metros debajo del nivel del mar, en dos de las fosas marinas más profundas del mundo.

De acuerdo con el estudio, los niveles de COP detectados en las fosas de Mariana y Kermadec –ubicadas respectivamente en las partes noroeste y suroeste del Océano Pacífico– incluso “rebasan considerablemente” los índices medidos en las regiones más industrializadas del globo, como es el caso de Liaohe, “uno de los ríos más contaminados de China”.

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Entre los COP detectados en las profundidades oceánicas, los científicos destacaron la presencia de los policlorobifénilos (PCB, por sus siglas en inglés) y los polibromodifeniléter (PBDE), dos compuestos aislantes no biodegradables empleados durante décadas en distintas industrias.

Si bien la inmensidad del océano hace pensar que en él permanecen “amplias zonas intocadas por la actividad antropogénica”, los científicos demostraron que la contaminación humana llega hasta la zona hadal, un espacio entre zanjas producto de los movimientos tectónicos, ubicada a entre 6 y 11 mil metros de profundidad.

Esta zona “ultraprofunda” representa “el ecosistema menos explorado en la Tierra y la última frontera ecológica marina”, precisa el estudio, al añadir que si el Everest –la montaña más alta del planeta– estuviera en la fosa Mariana, todavía le faltaría un kilómetro y medio para alcanzar la superficie.

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Bajo la coordinación del biólogo escocés Alan Jamieson, el equipo de científicos envió un robot submarino a las profundidades de las fosas con el objetivo de capturar anfípodas Lysianassoid, un tipo de crustáceos –de apariencia cercana a una pulga– que consume los residuos a su alcance.

Al medir la concentración de PCB en los crustáceos, los científicos descubrieron datos preocupantes: en la fosa Mariana la presencia del contaminante resultó similar a la de la Bahía de Suruga, en Japón, “un área altamente industrializado en el que históricamente se usaron grandes cantidades de químicos organoclóricos”, precisa el estudio.

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La concentración de PCB resultó mucho mayor en la fosa Mariana. Según los científicos, esta diferencia podría explicarse por la cercanía de la fosa con las zonas industriales del Pacífico noroeste y con la gigantesca zona donde flotan desechos de plástico, llamada “Gran basurero del Pacífico”.

De acuerdo con el estudio, los componentes de PCB y PBDE caen a toda velocidad en el océano: entre 64 y 78 metros por día, por lo que una partícula contaminante alcanza los fondos oceánicos en menos de 170 días.