La decisión de EEUU de armar a los kurdos en Siria plantea amenaza a Turquía, dice Ankara

Ministro de Relaciones Exteriores critica la decisión de Estados Unidos, pero la respuesta de Turquía baja las tensiones antes de la reunión de Trump-Erdoğan

El gobierno turco ha criticado una decisión estadounidense de armar directamente a los militantes kurdos en Siria como una “amenaza a Turquía”, la primera disputa diplomática entre las dos potencias de la OTAN desde que el presidente Donald Trump asumió el poder.

Pero la contundente respuesta al acuerdo estadounidense, que es probable que se vea en Turquía como una traición a un aliado regional clave, destacó los esfuerzos para evitar aumentar las tensiones con la administración de Trump antes de su encuentro cara a cara con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdoğan, a finales de este mes.

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Las autoridades estadounidenses dijeron el martes que Trump aprobó un acuerdo para suministrar directamente armas a las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), una milicia kurda que Turquía ha sostenido desde hace mucho tiempo es una organización terrorista afiliada a su propio grupo insurgente kurdo (PKK).

“Tanto el PKK como el YPG son organizaciones terroristas y no son diferentes, aparte de sus nombres”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Mevlüt Çavuşoğlu, en los comentarios emitidos en vivo por la televisión turca. “Cada arma que han sido incautadas por ellos es una amenaza para Turquía”.

Turquía ve que el expansionismo de YPG y sus planes para una zona autónoma en el norte de Siria con sospecha, y considera que tal entidad una gran amenaza a la seguridad nacional.

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Ankara ya había advertido a Obama

Ankara había instado a la administración de Obama a romper con el YPG, argumentando que habían llevado a cabo el desplazamiento forzado de árabes étnicos en la búsqueda de forjar un cantón kurdo en la frontera.

La eliminación de estas preocupaciones fue un objetivo clave para Ankara cuando intervino militarmente en la guerra en Siria el verano pasado, enviando tanques y fuerzas especiales a través de la frontera junto a los rebeldes sirios apoyados por Turquía. Desalojaron a los militantes islámicos de varios bastiones cercanos a la frontera, pero también bloquearon los intentos kurdos de unirse a sus dos cantones en el norte de Siria.

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Obama y ahora Trump consideran al YPG ya su fuerza paraguas, las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), como la fuerza terrestre más confiable en la batalla contra Isis. El SDF ha despejado grandes franjas de territorio del Estado islámico, particularmente alrededor de su capital de facto de Raqqa.

Con los suministros de armas directos de los Estados Unidos, pronto podrían estar listos para asumir el principal centro urbano del califato autoproclamado, una proposición que Turquía se ha opuesto con vehemencia, diciendo que la operación debe ser dirigida por fuerzas terrestres árabes.

El YPG dio la bienvenida a la decisión estadounidense, describiéndola como “tardía”, pero “histórica”. “Esta decisión correcta de armar nuestras unidades expone las falsedades contra nuestras fuerzas”, dijo Rêdûr Xelîl, portavoz del YPG, en un comunicado. “A partir de ahora, y después de esta histórica decisión de armamento, nuestras unidades jugarán un papel mayor y más efectivo en la lucha contra el terrorismo”.

Con información de The Guardian