Estados Unidos ha aumentado la presión sobre Corea del Norte después de la exitosa prueba de misiles balísticos intercontinentales (ICBM, por sus siglas en inglés), haciendo una demostración de fuerza en la península coreana y pidiendo un amplio esfuerzo internacional para obstaculizar el programa de armas nucleares.
Donald Trump atacó a China por sus relaciones comerciales con Pyongyang en un tweet temprano en la mañana, después de que su principal diplomático advirtió que cualquier país que ofrezca ayuda económica o militar o que aloje a trabajadores de Corea del Norte estaba incitando al régimen de Kim Jong-un.
“El comercio entre China y Corea del Norte creció casi un 40% en el primer trimestre. Parece que China ya no trabaja con nosotros – pero tuvimos que intentarlo “, escribió Trump. Parecía referirse a los datos publicados en abril, que mostraban que China había terminado las importaciones de carbón de acuerdo con las sanciones de la ONU, pero aumentó las compras de otros productos.
Los ataques del presidente estadounidense contra el aliado más importante de Corea del Norte probablemente aumentarán las tensiones en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el incidente, que se realizará a las 15:00 hora de Nueva York, que fue convocada por Washington, Tokio y Seúl.
China ha pedido ya la restricción de todas las partes, después de ensamblar fuerzas diplomáticas con Rusia para sugerir que Corea del Norte suspenda su programa de misiles a cambio de una moratoria en los ejercicios militares a gran escala de los EEUU y de Corea del Sur.
Eso cubriría los despliegues como el ejercicio de misiles balísticos a comienzos de este miércoles que funcionarios de Seúl dijeron que era una advertencia a Pyongyang.
El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, dijo que demostraría la determinación de los aliados para contrarrestar las provocaciones norcoreanas con hechos y no sólo palabras de condena. “Tenemos que mostrar claramente nuestra disposición de defensa antimisiles a Corea del Norte”, dijo la presidencia de la Casa Azul en un comunicado.
El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, dijo anteriormente que cualquier país que apoyaba a Pyongyang, que recibiese a trabajadores que envían remesas de divisas, o que no aplique las sanciones de las Naciones Unidas fue “ayudar y fomentar un régimen peligroso”.
“La prueba de un ICBM representa una nueva escalada de la amenaza para los Estados Unidos, nuestros aliados y socios, la región y el mundo. Todas las naciones deben demostrar públicamente a Corea del Norte que hay consecuencias en su búsqueda de armas nucleares “, dijo en un comunicado.
Con información de The Guardian
