El mundo de Leonora

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La imaginación a la escena es sin duda la motivación de la obra Memorias de abajo, inspirada en la pintora Leonora Carrington.

“La imaginación al poder” rezaba una de las consignas del movimiento estudiantil de 1968 en Francia, que aplicó al arte la corriente surrealista de la cual Carrington formó parte importante. La también escultora inglesa llegó en 1942 a México, donde se nacionalizó, formó una familia y pasó sus últimos días, dejando un legado invaluable.

- Publicidad-

Pero años atrás, Carrington fue internada en un manicomio de Santander, España, por trata de convencer al dictador Francisco Franco de separarse de Adolfo Hitler. Allí escribió el libro Memorias de abajo.

La obra del mismo nombre, dirigida por Gina Botello, pretende adentrarse en el mundo de la artista con un fino trabajo de arte de juguete. La adaptación, hecha por Christian Courtois, es una mezcla de sus cuentos “La dama oval”, “La debutante” y “El enamorado”, con algo de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll.

La compañía encargada de la puesta, Caracola Producciones, surgió en el colegio de Literatura Dramática y Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Su fuerte es el teatro de títeres, juguetes y objetos. A lo largo de los años han ido acumulando montajes, como El Señor de las Moscas, Western Lullaby, Shahrazad y Lady Lazarus.

- Publicidad -

Memorias de abajo es su más reciente producción, un proyecto ambicioso con muchos más retos y elementosescénicos. A través de fascinantes elementos visuales los teatreros recrean de forma mágica y efectiva el mundo de la surrealista, repleto de caballos de juguete que cobran vida, hienas que hablan y todo tipo de animales extraordinarios.

La puesta cuenta con objetos inteligentes y bellos y una serie de dispositivos con los que los actores interactúan, hechos con cuidado y detalle por Leonardo Otero, Daniela Villaseñor y Alejandra Alonso.

- Publicidad -

El acierto de la compañía radica en la experimentación y el valor de arriesgarse a hacer un teatro poco común en nuestro país y buscar soluciones creativas para crear efectos únicos e innovadores.Con la premisa “para ver debes cerrar los ojos, de lo contrario no verás nada”, nos invita a adentrarnos en un mundo infantil lleno de juegos, donde la imaginación predomina sobre la realidad.

Es una pena la dificultad que implica seguir el hilo de la historia. Las escenas crean más bien un collage de cuentos, pero las constantes intervenciones del conejo de Alicia y la falta de información (mención) en escena de la propia artista retratada hacen que el texto se quede plano, no cuente con una progresión dramática y sea definitivamente superado sólo por lo visual.

De pronto brincan y destacan detalles de surreal poesía, como el poema que su nana irlandesa decía a Leonora: “Las pulgas grandes tienen pulgas chicas sobre sus lomos, para morderlas. Las pulgas chicas tienen pulgas más pequeñas y así, al infinito”.

El elenco, compuesto por Abigail Espíndola, Marysol Cordourier, Saraí Pérez Rubio y Alex Moreno del Pilar es ya, después de varios montajes, un equipo sólido y cada vez más ágil en escena.

El espectáculo se logró llevar a cabo gracias al apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, a través de los programas Jóvenes Creadores y Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales, y a una campaña de micro-inversionistas en la página web de Fondeadora, sistema en el que cualquier persona puede contribuir desde 100 pesos.

En definitiva, Memorias de abajo es un montaje bellísimo que roza en lo onírico. Vale la pena dejarse sumergir en este sueño.

La puesta se presenta los viernes a las 20:30 horas en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico en avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn, hasta el próximo 21 de abril.