En busca del alma entre tintos del Duero

NUEVA YORK _ En teoría, el Valle del Duero en Portugal debería estar produciendo vinos tintos fascinantes y distintivos. tiene una variedad singular de uvas nativas y excelentes terroirs en las laderas comprobados a lo largo de siglos en la industria del oporto.

En años más recientes, el Duero se ha volcado vigorosa y hábilmente en la producción de vinos de mesa. Estos incluyen algunos buenos blancos, aunque la atención se ha enfocado en gran medida en los tintos.

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El Duero ofrece vinos bien hechos y valores muy buenos. Sin embargo, el panel del vino probó recientemente 20 tintos del Duero de las cosechas de 2012 y 2013 y se quedó con la sensación de que con demasiada frecuencia algo parecía faltar.

Para la cata, se nos unieron a Florence Fabricant y a mí Laura Maniec, propietaria de los bares de vino Corkbuzz, y Rob Rentería, quien vino de visita a Nueva York desde San Francisco, donde es sommelier en La Folie.

No fue un problema de calidad. No encontramos botellas que estuvieran dañadas o mal elaboradas. Si acaso, el problema era lo contrario: una elaboración de vinos intachable. Demasiados de los vinos parecían demasiado pulidos y brillantes, con los sabores a moras azules maduras presentados con un destello de roble y taninos de madera subyacentes.

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No culpo a los productores por calcular qué tipo de vinos se venderá mejor, y nunca diría a nadie cómo dirigir un negocio. Pero los vinos como estos pueden simultáneamente impresionar por la habilidad con la cual están hechos pero abrumar porque carecen de originalidad. En suma, son aburridos.

Permítame expresar las reservas habituales aquí. Veinte botellas de ninguna manera significan una cata completa. Es una muestra representativa de lo que está comercialmente disponible. No quiero hablar con exagerada generalidad de los vinos del Duero o portugueses. Pero diré que demasiados de los vinos que probamos carecían de alma o de una sensación de origen.

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Aunque esta fue nuestra sensación prevaleciente, encontramos un puñado de vinos que nos gustaron mucho, vinos que pensamos pudiéramos beber con placer o, en el caso de los dos superiores, apartar para que se añejaran unos años más.

No sorprendentemente, estos vinos generalmente usan las mismas uvas que el oporto. Como con el oporto, la mayoría de estos tintos son mezclas de touriga nacional y touriga franca, las principales uvas del oporto, así como tinta barroca, tinta roriz y cualquiera de las más de 80 variedades permitidas en el oporto.

Nuestro vino superior, por ejemplo, el Reserva 2012 de Quinta do Vallado fue una mezcla de campo de más de 40 uvas diferentes de un viñedo que se dice tiene más de un siglo de antigüedad.

El mejor de estos vinos tiene sabores que se parecen al oporto, sin, obviamente, la dulzura o fortificación del oporto. Estos sabores incluyen ciruelas y frutos oscuros, especias, flores silvestres y violetas, que en conjunto pueden parecer un poco exóticos, especialmente cuando no se someten al efecto homogenizador del añejamiento en roble.

A menudo en catas como esta, los vinos menos costosos se desempeñan mejor porque no están envueltos en el mismo tipo de composición que las botellas más caras. Eso no fue totalmente cierto aquí. Sí, rechazamos la botella más cara en la cata, el Prats & Symington Chryseia 2012 de 75 dólares. Casi se podía degustar el dinero que se dedicó a su producción. Sin embargo, el Quinta do Vallado, nuestro vino superior, fue el segundo más caro en 66 dólares, y fue encantador, jugoso, complejo y balanceado.

Nuestra botella No. 2, el Redoma Tinto 2013 de Niepoort, fue otra mezcla de campo de viñedos de vides antiguas. Fue especiado y complejo, con una nota apenas detectable de roble que parecía bien integrada. Esta, también, fue una de las botellas más caras en 48 dólares.

En contrate, nuestro vino No. 3, el Esporão Assobio 2013, fue el de mejor valor por su precio, de apenas 15 dólares. Fue especiado y ahumado con aromas y sabores de frutos oscuros y flores silvestres.

El siguiente fue el exótico y terroso Passadouro Touriga Franca 2012, uno de solo unos cuantos vinos varietales en nuestra cata junto con el fresco y ligeramente tánico Touriga nacional 2012 de Delaforce, nuestra botella No. 6.

Uno de los vinos más inusuales en la cata fue el No. 5, el Quinta do Infantado 2012, otra mezcla de campo. A diferencia de muchas de lasotras botellas, esta parecía haber sido producida con insumos mínimos del vinatero. Fue sencillo aunque delicioso, jugoso, frutal y floral, el tipo de vino que uno quisiera beber hasta el fondo si está sediento. Personalmente, me encantaría encontrar más vinos como este del Duero.

Los tintos portugueses a menudo son citados como de gran valor por lo que cuestan, pero encontramos que los vinos menos caros eran inconsistentes. Once de nuestras 20 botellas costaron 20 dólares o menos, pero solo cinco de estas botellas entraron en nuestra lista de los 10 superiores. Eso en realidad no está mal cuando se considera que de las nueve botellas que costaron más de 20 dólares, solo cinco entraron.

Si una botella barata le decepciona, no pierde mucho, pero es más difícil de justificar perder 45 dólares.

Cata de los tintos del Duero

3 estrellas —Quinta do Vallado Douro Reserva Mezcla de Campo 2012, 66 dólares

Jugoso, ligero y bien balanceado, con aromas y sabores de flores y frutos oscuros. (Quintessential, Napa, California)

3 estrellas — Niepoort Douro Redoma Tinto 2013, 48 dólares

Especiado y complejo con sabores a ciruelas, violetas y un toque de roble. (Polaner Selections, Mount Kisco, Nueva York)

Mejor valor

3 estrellas — Esporão Douro Assobio 2013, 15 dólares

Especiado, con aromas y sabores a flores silvestres, humo y frutos oscuros. (Aidil, New Bedford, Massachusetts)

3 estrellas — Passadouro Douro Touriga Franca 2012, 36 dólares

Terroso y balanceado, con sabores a moras azules, flores y roble bien integrado. (Winebow, Nueva York)

2 1/2 estrellas — Quinta do Infantado Douro 2012, 17 dólares

No complejo, pero jugoso, floral, frutal y delicioso. (Louis/Dressner Selections, Nueva York)

2 1/2 estrellas — Delaforce Douro Touriga Nacional 2012, 20 dólares

Fresco y ligeramente tánico, con sabores a frutos oscuros balanceados por buena acidez. (Signature Imports, Mansfield, Massachusetts)

2 ½ estrellas — Quinta do Crasto Douro Superior 2013, 25 dólares

Sabores a pimienta y flores, con toques jugosos que no llegan a ser afortunados. (Broadbent Selections, Sonoma, California)

2 estrellas — Duorum Douro Colheita 2013, 18 dólares

Ligeramente tánico, con sabores bien balanceados a frutos exóticos. (Winebow)

2 estrellas — Churchill’s Estates Douro 2012, 18 dólares

Intenso y especiado, con sabores a frutos oscuros exóticos y un toque de roble. (Frederick Wildman & Sons, Nueva York)

2 estrellas — Quinta do Vale Douro Meão 2012, 28 dólares

Directo, con sabores jugosos a pimienta y frutos oscuros. (Deutsch Family Wine and Spirits, White Plains)

Cordero con cebolleta asado

Tiempo total: 45 minutos, más marinado de tres horas

Rinde: 4 porciones

680 gramos de bistec de centro de cordero sin hueso bien recortado

3 cucharadas de aceite de oliva extra virgen

1 cucharada de jengibre rayado

1 cucharada de polvo de cinco especias chinas

1 cucharada de comino molido

¼ de cucharada de pimienta negra molida

¼ de cucharada de sal, o al gusto

1 cucharada de salsa para pescado vietnamita

1 cucharada de salsa de soya

3 limones

3 manojos de cebolletas

1. Corte el cordero en trozos de 5.08 centímetros; debería obtener unas 20 piezas. En un tazón, combine dos cucharadas de aceite con el jengibre, las cinco especias, el comino, la pimienta, la sal, la salsa para pescado, la salsa de soya y el jugo de dos limones. Añada el cordero, mezcle hasta cubrir y deje reposar a temperatura ambiente por tres horas.

2. Recorte a las cebolletas las raíces y la capa superior de la parte blanca y corte la parte verde en trozos de seis por 20.32 centímetros de largo. Cubra con el aceite sobrante y aparte. Encienda el asador. Ensarte la carne en brochetas largas, alternando cada trozo de carne con una cebolleta introduciendo las brochetas por el centro de las cebolletas en forma transversal para que las cebolletas sobresalgan a cada lado de la brocheta. Barnice la carne y las cebolletas con parte de la marinada restante.

3. Ase las brochetas de carne y cebolletas cerca de su fuente de calor, bañando ocasionalmente con la marinada. Voltee las brochetas una o dos veces, unos cinco minutos por lado, dependiendo del calor del asador, hasta que el cordero esté término medio y las cebolletas estén ligeramente chamuscadas. Acomode las brochetas en un platón y sirva con el limón restante partido en octavos.

_ FLORENCE FABRICANT

Eric Asimov
© 2016 New York Times News Service