En espacio minorita en Paris, una puerta hacia Japón

PARÍS _ El más reciente embajador de Japón en París se ubica a la sombra de la Torre Eiffel. Una mañana a fines de septiembre, un hombre con una cinta métrica se aseguraba de que cada juego de té exhibido sobre una mesa de centro estuviera colocado en la posición correcta. Los kimonos y camisas de retazos de mezclilla ya habían sido colgados. El 1º de octubre abrió sus puertas la Japan Store en la Maison de la Culture du Japon à París, en el Distrito XV.

El buen recibimiento francés a Japón no es nada nuevo. El centro cultural, que ofrece cursos, exhibiciones y películas, abrió en 1997; el interés en todas las cosas japonesas se remonta mucho más tiempo atrás (el término en francés “japonisme” fue acuñado en el siglo XIX). Pero hoy, una afluencia de chefs japoneses están ante las estufas de los restaurantes nuevos más de moda de la ciudad, y en lugares favoritos como Kunitoraya, en el Primer Distrito, se forman filas en busca del udon. En la Semana de la Moda de París, diseñadores japoneses que incluyeron a Rei Kawakubo de Commes des Garçons, Junya Watanabe y Yohji Yamomoto exhibieron sus colecciones más recientes.

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Así que Japan Store llega a una ciudad ya bien provista de importaciones japonesas y muy versada en sus méritos. Pero la tienda es una nueva aventura para Isetan Mitsukoshi Holdings, el grupo de tiendas departamentales más grande de Japón _ su nombre completo es la Japan Store Isetan Mitsukoshi _, que cree que tiene algo que agregar a la mezcla.

“Tenemos una enorme selección de artículos en Japón”, dijo Hajime Nakagawa, el gerente general de comercialización internacional de Isetan Mitsukoshi. “Tenemos el conocimiento de estos productos”.

Destilar esa enorme selección para lo que es, para los estándares del grupo, un espacio muy boutique es un desafío. “En Japón, somos tiendas departamentales, bastante grandes”, dijo Nakagawa, pasando la vista por su pequeño dominio. “Este espacio es pequeño”.

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Mitsukoshi había operado anteriormente una tienda departamental en París atendiendo en gran medida a turistas japoneses. Por el momento, la nueva tienda es el único local parisino del grupo, aunque la compañía está usándolo como una prueba para futuras aperturas.

La mayor parte de la selección de la mercancía de la tienda se hace en Japón, y parte de los productos _ como el té Ippodo y los dulces Oimatu _ están disponibles aquí por primera vez, dijo Nakagawa. El savoir-faire japonés de lo antiguo y lo nuevo clásico está a la vista. Por un lado, coloridos vasos para sake de Horiguchi Kiriko; por el otro las coloridas zapatillas deportivas Orphe, tan blancas como los zapatos de una enfermera hasta que quien las usa empieza a bailar, momento en el cual las suelas se iluminan con los colores del arcoíris (buenos para bailar breakdance, dijo un representante de la tienda).

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Isetan y Mitsukoshi entraron al mundo como tiendas de kimonos _ hace 130 y más de 300 años, respectivamente _ y en barras al lado del ventanal que da a la calle se exhiben kimonos (entre 670 y 800 euros, o unos 750 a 900 dólares) de Y & Sons, la subsidiaria moderna del famoso productor de kimonos Yamato, diseñados para atraer a una generación más joven que ha estado alejándose de la prenda tradicional. (¿Está funcionando? “Un poquito”, dijo Nakagawa.)

La tienda está destacando su producto más raro y más obsesivo: 11 juegos de té personalizados y a menudo hechos a mano, con tazas, contenedores, cucharas medidoras y agitadores, en cajas de cedro. (La madera proviene de los listones del techo de madera regularmente reemplazado de una antiquísima casa de té de Kioto; un “tesoro nacional”, dijo Nakagawa.) Los 11 estilos, que parten de los 5,300 euros (unos 5,930 dólares), incluyen versiones tradicionales así como las del artista irlandés Peter MacMillan, quien reside en Japón.

“La mayoría de los clientes de París quizá ya sepan sobre la cultura japonesa”, señaló en un correo electrónico Hiroshi Ohnishi, director ejecutivo de Isetan Mitsukoshi. “Pero pretendemos darles a conocer no solo productos del ‘Japón genial’ sino también las costumbres, el estilo de vida y el espíritu omotenashi de Japón”; es decir, la virtud cultural japonesa de la hospitalidad.

A cambio, añadió, “esperamos que sientan que están acercándose a hermosos lugares regionales japoneses”.

Matthew Schneier
© 2016 New York Times News Service