Estudio encuentra que los estudiantes chinos destacan en pensamiento crítico, hasta la universidad

PEKÍN _ Las escuelas primarias y secundarias chinas a menudo son ridiculizadas como instituciones rigurosas y basadas en pruebas que producen estudiantes que pueden recitar hechos básicos pero tienen poca capacidad para el razonamiento profundo.

Sin embargo, un nuevo estudio sugiere que China está produciendo estudiantes con algunas de las habilidades de pensamiento crítico más fuertes del mundo.

- Publicidad-

La inesperada conclusión pudiera relanzar el debate sobre si las escuelas chinas están haciendo un mejor trabajo que las estadounidenses, complementando estudios anteriores que demostraban que los estudiantes chinos superan el desempeño de sus similares mundiales en lectura, matemáticas y ciencias.

Pero el nuevo estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Stanford, también concluyó que los estudiantes chinos pierden su ventaja en el pensamiento crítico en la universidad. Ese es un signo de problemas dentro del sistema universitario rápidamente creciente de China, al cual el gobierno de China está apostando para promover el crecimiento conforme la economía se debilita.

El estudio, que será publicado el año próximo, encontró que los alumnos chinos de primer año en programas de ciencias computacionales e ingeniería empezaron la universidad con habilidades de pensamiento crítico uno o dos años adelantadas a las de sus similares en Estados Unidos y Rusia. Esas habilidades incluían la capacidad para identificar suposiciones, probar hipótesis y sacar relaciones entre variables.

- Publicidad -

Sin embargo, los estudiantes chinos no mostraron virtualmente ningún mejoramiento en el pensamiento crítico después de dos años de universidad, aun cuando sus contrapartes estadounidenses y rusos hacían importantes avances, según el estudio.

“Es asombroso que China produzca estudiantes tan avanzados al iniciar la universidad”, dijo Prashant Loyalka, uno de los autores del estudio. “Pero están agotados para cuando llegan a la universidad, y no son incentivados para trabajar duro”.

- Publicidad -

Las conclusiones son preliminares, pero la debilidad del sistema de educación superior de China es especialmente asombrosa porque los líderes chinos están presionando a las universidad para que capaciten a una nueva generación de trabajadores altamente calificados y produzcan innovaciones en ciencias y tecnología que sirvan como antídoto al crecimiento económico en desaceleración.

El gobierno ha construido cientos de universidades en los últimos años para satisfacer la creciente demanda de educación superior, la cual muchas familias consideran un camino hacia la creciente clase media. La inscripción el año pasado llegó a los 26.2 millones de estudiantes, respecto de 3.4 millones en 1998, y mucho del aumento se dio en los programas politécnicos de tres años.

Pero muchas universidades, atrapadas en la burocracia y los estándares académicos laxos, han pasado apuros. Los estudiantes dicen que la enérgica y demandante enseñanza a la que están acostumbrados en las escuelas primarias y secundarias casi desparece cuando llegan a la universidad.

“Los maestros no saben cómo captar la atención de los estudiantes”, dijo Wang Chunwie, de 22 años de edad y estudiante de ingeniería eléctrica en la Universidad Tianjin Chengjian, no lejos de Pekín. “Escuchar sus clases es como escuchar a alguien leyendo de un libro”.

Otros culpan a una falta de motivación entre los estudiantes. Los niños chinos pasan años preparándose para el gaokao, el todopoderoso examen nacional que determina la admisión a las universidades en China. Para muchos estudiantes, unos cuantos puntos en el examen pueden significar la diferencia entre una buena universidad y una mala, y una vida de riqueza o pobreza.

Cuando los estudiantes llegan a la universidad, la presión se desvanece.

“Se obtiene un título, se estudie o no, así que ¿para qué molestarse en estudiar?”, dijo Wang Qi, de 24 años de edad y estudiante de posgrado en ingeniería ambiental en Pekín.

Los méritos del sistema educativo chino son un tema de debate perenne, en Estados Unidos y en China. El gobierno del presidente Barack Obama ha mantenido el desempeño más fuerte de los estudiantes de preparatoria chinos en los exámenes internacionales en matemáticas, ciencias y lectura como ejemplo del estancamiento en Estados Unidos.

Los críticos argumentan que los maestros chinos dan un énfasis poco saludable a la preparación para exámenes y la memorización a costa de las habilidades de pensamiento crítico y la creatividad. También dicen que los exámenes internacionales exageran la fuerza del sistema de China porque excluyen a los estudiantes de regiones más pobres.

El estudio de Stanford, basado en parte en exámenes aplicados a 2,700 estudiantes en 11 universidades continentales, tiene sus propias limitaciones. No cuenta a la gente que no está inscrita en las universidades, una gran porción de la juventud china. Analiza exclusivamente a los estudiantes de programas de ciencias computacionales e ingeniería. Y aunque mida el pensamiento crítico, no ofrece información sobre la creatividad, un tema a menudo candentemente debatido al discutir el sistema educativo chino.

Sin embargo, los investigadores encontraron marcadas diferencias cuando compararon a los estudiantes chinos con sus similares en el extranjero.

Además de examinar las habilidades de pensamiento crítico, el estudio analizó cómo los estudiantes chinos se comparaban en matemáticas y física. Aunque las pruebas para Estados Unidos no están aún disponibles, los investigadores encontraron que los estudiantes chinos llegaron a la universidad con habilidades muy superiores a las de sus contrapartes rusos.

Después de dos años en la universidad, sin embargo, los estudiantes chinos no mostraron virtualmente ninguna mejoría mientras que los rusos hicieron avances sustanciales, aunque no los suficientes para ponerse a la par.

Los investigadores de Stanford sospechan que la mala calidad de la enseñanza en muchas universidades chinas es uno de los factores más importantes en los resultados. Las universidades chinas tienden a recompensar a los profesores por sus logros en la investigación, no por sus habilidades de enseñanza. Además, casi todos los estudiantes se gradúan a los cuatro años, según estadísticas oficiales, reduciendo el incentivo de trabajar duro.

“Realmente no reprueban a nadie”, dijo Scott Rozelle, un economista que ha estudiado la educación china durante tres décadas y es coautor del estudio. “El pacto es, si llegaste aquí, sales”.

Los problemas que plagan al sistema de educación superior han cobrado nueva urgencia conforme el gobernante Partido Comunista de China trata de navegar por la difícil transición de una economía alimentada por la manufactura y el trabajo en las líneas de ensamblaje a una dirigida por el crecimiento en campos como la tecnología de la información y la energía limpia.

Eric X. Li, un capitalista aventurero en Shanghái que ayudó a financiar el estudio de Stanford, dijo que el éxito de las escuelas secundarias chinas en enseñar el pensamiento crítico pudiera significar más innovación entre los chinos más jóvenes que ayudaría a la economía.

“La narrativa común que escuchamos es que el sistema educativo chino aniquila a la creatividad y a la innovación”, dijo. “Pero China es probablemente una de las sociedades más emprendedoras del mundo”.

La economía en desaceleración ha hecho difícil que los graduados universitarios encuentren trabajo, y una quinta parte permanece desempleada inmediatamente después de la graduación y muchos se contentan con empleos de bajos salarios.

Lu Jiawei, de 22 años de edad y quien estudia gestión de ingeniería en la Universidad de Tecnología y Ciencia de la Información de Pekín, dijo que se debía culpar al mercado laboral sombrío de la falta de motivación entre los estudiantes.

“Algunos estudiantes solo desisten, porque no importa cuán duro trabajen, nunca conseguirán los empleos de sus sueños”, dijo.

Las desventajas del sistema de educación superior han dejado a los estudiantes pasando apuros para encontrar programas que correspondan a sus aspiraciones.

Niu Fuzhi, una aspirante a científica computacional en la Universidad de Comercio de Harbin, tenía altas esperanzas cuando se inscribió en 2014. Pero se desilusionó rápidamente. Los profesores se enfocaban en enseñar teorías de alto nivel, dijo, y los salones de clase eran caóticos.

“Siento que los dos últimos años fueron un desperdicio”, dijo Niu, de 20 años de edad, quien se clasifica cerca del máximo puesto de su generación.

Pero Niu espera compensar las habilidades que no aprendió en la universidad, inscribiéndose en la escuela de posgrados.

Javier C. Hernández
© 2016 New York Times News Service