Después de un viaje notable alrededor de Saturno, la sonda espacial estadounidense está preparada para una final ardiente
La semana pasada, la sonda espacial estadounidense Cassini sobrevivió a un encuentro del tipo más cercano y más arriesgado. En respuesta a las señales que se le habían transmitido a través de varios cientos de millones de kilómetros de espacio, atravesó una pequeña brecha entre Saturno y sus anillos, luego se deslizó sobre la atmósfera superior del planeta. Ahora la pequeña nave espacial está transmitiendo información sobre el planeta gigante y anillado desde el más cercano de los puntos de vista.
El logro fue notable, ya que este vuelo representa sólo uno de los triunfos de Cassini, aunque en este caso su maniobra tuvo un significado particular. Será la canción del cisne de la nave espacial. Tras haber traído una sorprendente nueva conciencia de Saturno y su sistema de lunas, incluyendo observaciones que sugieren que al menos dos podrían albergar vida, la agencia espacial estadounidense se está preparando para poner fin a Cassini a medida que se agotan las reservas de combustible de la nave espacial.
Una muerte anunciada
Una vez que haya completado varios cambios más a través del sistema completo de anillos de Saturno, la nave será enviada en espiral hacia la atmósfera del planeta, donde será destruida. Y su fecha de muerte ya ha sido escogida: 15 de septiembre a finales de este año.
Será la conclusión de una de las misiones planetarias más exitosas jamás emprendidas. Como dijo Carolyn Porco, la cabeza del equipo de imágenes de Cassini: “Hemos vivido una audaz y tremenda aventura alrededor del planeta más magnífico del sistema solar”.
Cassini se lanzó en 1997 y tardó siete años en llegar a Saturno, que –con su gran familia de lunas– orbita al sol a más de mil millones de kilómetros de la Tierra. A principios de 2005, la nave lanzó una pequeña sonda construida en Europa, Huygens, que aterrizó con éxito en la enorme luna Titán de Saturno, un mundo con una atmósfera densa y que es el único objeto en el espacio distinto de la Tierra donde hay evidencia clara de líquido superficial. Huygens reveló que éstos se componían de lagos de etano líquido y metano, mientras que los sensores en el aterrizaje indicaron que Titán tenía una superficie crujiente con una textura como la crema brûlée, según un investigador.
Con información de The Guardian
