Finaliza el peor episodio de contaminación de los últimos 10 años en París

París saldrá este fin de semana de su peor y más prolongado episodio de contaminación invernal de la última década, según la agencia de monitoreo de calidad del aire, que sin embargo se mantiene prudente sobre sus previsiones para la próxima semana.

“Las emisiones de partículas finas caen por lo general el fin de semana, por la reducción del tráfico, y se espera vientos que dispersarán una parte de la contaminación”, explicó el viernes a la AFP Amélie Fritz, de Airparif.

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“Pero debemos mantenernos vigilantes para la próxima semana”, en función de la evolución de las condiciones meteorológicas, agregó.

París está envuelto desde hace más de una semana en una nube de partículas finas en el aire que superan el nivel de alerta (80 microgramos/m3), por lo que las autoridades tomaron varias medidas para frenar la contaminación, incluyendo el tráfico alterno y la gratuidad de los transportes públicos.

El valle del Ródano, muy industrializado, Normandía (oeste), el norte de Francia y las zonas urbanas de los Alpes y de los Pirineos también se han visto afectados.

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Este importante episodio contaminante se debe a un aumento de las emisiones de partículas causado por el tráfico y la calefacción con leña. Las condiciones meteorológicas – poco viento y temperaturas variables – también favorecen que estas partículas permanezcan cerca del suelo.

Está previsto que el viento barra mañana una parte de estas partículas que pueden provocar asma, alergias, enfermedades respiratorias o cardiovasculares y cáncer.

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Según la OMS, la contaminación atmosférica provoca anualmente 42.000 muertes prematuras en Francia y 400.000 en la Unión Europea.

Aún así, los niveles de contaminación alcanzados esta semana en París (récord de 146 partículas/m3 el 1 de diciembre) son substancialmente menores a los que sufren otras ciudades como Pekín o Nueva Delhi.

A principios de mes, los indicadores de partículas finas en el aire de Nueva Delhi superaron por primera vez la barrera de los 1.000 microgramos/m3, lo que equivale a más diez veces los valores recomendados por la OMS.