Fuerzas iraquíes avanzan en el oeste de Mosul

Las tropas iraquíes, respaldadas por cazas y helicópteros, luchaban el sábado contra los yihadistas en la zona oeste de Mosul, librando una dura y probablemente larga batalla para reconquistar este feudo del grupo Estado Islámico (EI) en Irak.

En los dos últimos días, cientos de civiles huyeron de la ciudad a medida que avanzaban las fuerzas iraquíes, pero las oenegés calculan que 750.000 habitantes permanecen sitiados en la parte occidental de la segunda ciudad del país.

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Cerca de una semana después del inicio de su ofensiva, las fuerzas armadas han reconquistado la mayoría de las regiones que rodean la ciudad, retomado el aeropuerto y una base militar contigua, y penetrado en los barrios periféricos.

La operación, en la que participan miles de hombres de la Fuerza de Intervención Rápida, del comando de élite antiterrorista (CTS) y de la policía federal, comenzó el 19 de febrero desde el sur de Mosul.

Los soldados se dirigen ahora hacia el centro de la ciudad norteña, en la margen occidental del río Tigris, que divide la urbe en dos.

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“Nos encaminamos hacia la sede de la gobernación de Mosul en el centro”, indicó a la AFP el teniente coronel Abdelamir al Mohamadawi desde el frente, en el barrio de Jawsaq, arrebatado casi por completo a los yihadistas.

“Estamos a 500 metros del consulado turco”, informó, y precisó que sus tropas querían retomar ese objetivo antes de alcanzar el centro de la ciudad.

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‘Cohetes, tanques, francotiradores’

Las fuerzas iraquíes afrontan una resistencia cada vez más fuerte de los combatientes del EI, a medida que avanzan por los barrios occidentales de Mosul, los más poblados de la ciudad.

“Daesh (acrónimo árabe de EI) utiliza a habitantes como escudos humanos”, prosiguió el teniente coronel, mientras los helicópteros lanzaban cohetes contra los yihadistas en Jawsaq y los tanques disparaban para eliminar a los francotiradores de EI.

Entretanto, en los barrios “liberados” del oeste, los habitantes celebraban un regreso a la libertad.

Los yihadistas “nos obligaban a llevar pantalones cortos y a dejarnos crecer la barba. Los cigarrillos estaban prohibidos. Las mujeres debían cubrirse incluso los ojos”, contó Othman Raad, de 20 años, sentado en los escalones de su casa en Jawsaq.

“Ahora estamos tranquilos, nuestros niños están a salvo, estamos a salvo”, añadió.

Pero los combates proseguían cerca de ahí. Una periodista kurdo iraquí, Shifa Gardi, murió por la explosión de una bomba casera en una carretera del oeste de Mosul, cuando cubría los combates, indicó el canal kurdo Rudaw, para el que trabajaba.

En junio de 2014, los yihadistas de Estado Islámico conquistaron Mosul y otras regiones de Irak antes de proclamar un “califato” entre Irak y Siria, país en el que también se adueñó grandes franjas de territorio.

El grupo extremista llegó a ocupar un tercio de Irak, pero en los dos últimos años ha ido perdiendo mucho territorio ante las múltiples ofensivas respaldadas por la aviación y los consejeros de la coalición internacional liderada por Estados Unidos.

Tácticas del EI

El 17 de octubre de 2016, las fuerzas gubernamentales lanzaron una operación para reconquistar Mosul. Y el 24 de enero, aseguraron haber reconquistado la parte oriental.

En el oeste de la ciudad, la batalla “avanza rápidamente de momento, pero la próxima etapa podría ser más difícil”, declaró el teniente general Abdel Wahab al Saadi del CTS.

Enfrente, el grupo EI tuvo bastante tiempo para preparar su defensa en los barrios occidentales. Los yihadistas hicieron aperturas en los muros que separaba las casas para desplazarse con discreción y, según comandantes iraquíes, provocaron incendios para llenar el cielo de humo y dificultar la labor de la aviación enemiga.

Varios corresponsales de la AFP vieron densas nubes de humo en la parte oeste de la ciudad.

Los yihadistas también extienden telas para cubrir las callejuelas del casco antiguo con el fin de impedir la vigilancia aérea, según imágenes a las que tuvo acceso la AFP. Y sigue lanzando a sus kamikazes contra los soldados iraquíes.

En caso de derrota en Mosul, el grupo Estado Islámico apenas controlará una zona alrededor de Hawija, a 180 kilómetros al sureste de Mosul, la ciudad occidental de Tal Afar y pequeñas localidades del oeste del país.

Pero, pese a sus pérdidas, el grupo todavía conserva la capacidad de perpetrar atentados como los que causaron decenas de muertos en Irak y Siria el viernes.