Gran Bretaña: tras el Brexit, división y racismo

Londres (apro).- Gran Bretaña se ha convertido en un país mucho más dividido socialmente y más racista que un año atrás, en gran parte debido a la inesperada victoria del ‘Brexit’ en el referéndum de junio pasado.

De acuerdo con un sondeo elaborado por la cadena inglesa Sky a mil 638 británicos, la mayoría de la población se siente muy pesimista por las perspectivas a futuro del país y cree que la situación empeorará bastante durante 2017.

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La encuesta se dio a conocer semanas después de reportarse un fuerte aumento en el número de ataques racistas y xenófobos contra inmigrantes en el país, especialmente aquellos provenientes de Europa del Este.

El informe dado a conocer en Londres destacó que para la mayoría de la sociedad (un 74% del total), Gran Bretaña es ahora un país mucho más dividido socialmente y más racista que un año atrás, como consecuencia del voto por la salida de la Unión Europea (UE).

Sólo un 7% de los entrevistados consideró que el ‘Brexit’ unió a la sociedad británica y que llevará a algún tipo de cohesión.
Muchos opinan que las tensiones sociales aumentarán tras el referéndum de junio, especialmente cuando el gobierno inicie el proceso de negociación con Bruselas por la salida del bloque comunitario.

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Un 55% de los consultados consideró que las relaciones entre las distintas comunidades del país empeorarán cuando el Reino Unido abandone la UE, aunque para un 14% mejorarán.
Además, el 67% dijo sentirse más infeliz y pesimista con respecto a las perspectivas para la nación, frente a únicamente el 8% que opinó lo contrario.
Con respecto a la economía nacional, que hasta ahora mostró cierto grado de resistencia a las incertidumbres por el ‘Brexit’ con mejoras en los niveles de empleo y actividad industrial, un 45% especuló que las finanzas se deteriorarán considerablemente debido al divorcio con la UE.

Para el 37% de los consultados, su situación económica personal podría empeorar una vez que Gran Bretaña abandone el bloque comunitario, en gran parte por un pronosticado aumento de la inflación.
El sondeo dio cuenta que para el 42% de los trabajadores británicos, su situación laboral seguirá estable tras el ‘Brexit’, en tanto que para un 29% habrá un marcado empeoramiento.
La caída en el valor de la libra esterlina es una de las principales preocupaciones de los británicos, ya que para un 56% ello será muy malo para la economía en general, para un 51% afectará las empresas británicas, y para un 50% a sus empleadores.
Del total de los consultados, un 50% dijo que la depreciación de la libra, cuyo valor se ha desmoronado frente al dólar y al euro desde el referéndum de junio, los afectará personalmente en sus finanzas.

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Sobre la convivencia entre comunidades de razas, etnias o religiones diferentes dentro del país, el sondeo reforzó la tendencia de los últimos meses, que da cuenta de mayor antagonismo y agresiones.
De acuerdo con datos del Ministerio del Interior británico, los crímenes de odio motivados por la raza o la religión se han disparado un 41% desde el referéndum de junio.
Dentro de esos casos se encuentra el asesinato a golpes del inmigrante polaco Arkadiusz Jozwik, de 40 años, quien fue atacado en agosto pasado por un grupo de adolescentes, cuando charlaba con otro polaco en la localidad de Harlow, en Essex.
Los dos inmigrantes se hallaban comiendo una pizza, cuando se produjo la agresión. Al escucharlos hablar en polaco, los jóvenes comenzaron a insultarlos, antes de rodear a los dos inmigrantes y propinarles una brutal paliza. Ese caso sacudió a la población de Harlow, que poco después del ataque organizó una marcha por las calles de la ciudad en repudio por el creciente racismo.
De todos modos, la encuesta de Sky destacó que para el 57% de consultados, el Reino Unido es un país más racista que hace un año, frente al 6% que ve menos racismo en la sociedad y el 31% que piensa que nada ha cambiado en este aspecto.
Los actos de odio racial crecieron en gran parte por los discursos incendiarios de políticos populistas como el exjefe del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), Nigel Farage, quien utilizó tácticas Nazi para referirse a los inmigrantes y solicitantes de refugio.
Esas tensiones llevaron en parte al brutal ataque en junio pasado que le costó la vida a la diputada laborista Jo Cox, defensora de los inmigrantes. Cox, de 41 años, fue asesinada por un activista de ultraderecha, quien antes de dispararle gritó: “¡Gran Bretaña primero!” (una referencia a un partido de la ultraderecha que aboga por la salida de la UE).
Desde el referéndum de junio también se registraron pintadas y graffiti en las calles contra inmigrantes polacos.
Según la encuesta de Sky, un alto porcentaje de británicos, el 48%, considera que el gobierno conservador que encabeza Theresa May está lidiando “bastante mal” el proceso de salida de la UE que comenzará en marzo, cuando las autoridades británicas invoquen el artículo 50 del Tratado de Lisboa.
Ese artículo le dará al Reino Unido dos años para negociar la salida del bloque, que se espera ocurrirá para mediados de 2019.
Al respecto, el 42% de la población sospecha que el gobierno negociará un “mal acuerdo” con Bruselas, posiblemente con consecuencias muy negativas para la economía y las finanzas británicas.
Por ejemplo, el gobierno aún no tiene claro si logrará mantener a Gran Bretaña dentro del mercado común europeo –como le exige gran parte del sector empresarial y de la City de Londres–, algo clave para poder comerciar bienes y servicios sin tener que someterse a controles aduaneros ni tarifas adicionales.
En lo que se refiere a la puntuación de los británicos a los políticos, May fue la que mejor nota sacó, con un 40% del apoyo popular, en gran parte a la espera de las negociaciones con el resto de los líderes comunitarios.
Muy por detrás le siguieron el jefe de la oposición laborista, el veterano izquierdista Jeremy Corbyn –cuyos índices de popularidad cayeron a niveles históricos para el Laborismo–, el canciller Boris Johnson y Nigel Farage.
“Los eventos de 2016 han dejado una nación muy dividida”, opinó Harry Carr, responsable de la encuesta de Sky. “Y no esperamos que la situación mejore en 2017”, subrayó.
Ante el peligro de mayores tensiones sociales y divisiones dentro de la sociedad, May anunció el pasado 9 de enero que introducirá una serie de reformas amplias para combatir crecientes injusticias sociales en Gran Bretaña.
May se mostró de todos modos desafiante, al considerar que el Reino Unido votó a favor de la salida de la UE “para cambiar la forma en que funciona el país”.
“Quiero crear una sociedad de redistribución de la riqueza”, subrayó la mandataria, en referencia a las palabras que pronunció poco después de asumir al frente del gobierno, cuando había prometido que como principal prioridad ayudaría a crear una sociedad más igualitaria.
Según la jefa del Partido Conservador, el gobierno tiene la obligación de intervenir en momentos de crisis, incluso en los mercados que no funcionan en beneficio de los consumidores.
“Una ‘Sociedad Compartida’ implica una sociedad que no sólo valore los derechos individuales, sino que se enfoque en las responsabilidades entre cada uno de los habitantes, priorizando la justicia social”, aclaró May.
La Primera Ministra indicó además que la vida “es más que el individualismo y el interés personal”, un lema opuesto al de la exprimera ministra Margaret Thatcher.
En ese sentido, criticó abiertamente el liberalismo de su predecesor, David Cameron, rechazó el «laissez faire» y prometió un gobierno que atenderá las necesidades de quienes se han quedado rezagados por la globalización.
“Las uniones sociales y culturales representadas por las familias, comunidades, pueblos, ciudades, condados y naciones son vínculos que nos definen y nos hacen más fuertes”, agregó.
En ese sentido, señaló que será tarea del gobierno “incentivar y consolidar esas relaciones e instituciones”, al tiempo de combatir injusticias sociales y abusos que dividen a la sociedad.
“Desde combatir la creciente falta de acceso a la vivienda propia, mejorar el funcionamiento de mercados fallidos, hasta ayudar con el costo de vida, nuestro gobierno buscará crear un sistema de meritocracia en el cual cada niño tenga la oportunidad de estudiar”, destacó May.
Y señaló que la actual administración “buscará restituir la justicia social en cada nivel de la sociedad, esencial para fortalecer a la nación”.
May dio a conocer una serie de reformas al Sistema de Bienestar, para ayudar a las familias más pobres del país, incluidos subsidios y mejoras impositivas.
Su anuncio se enfocó en reformas para el sistema de prestación de salud a personas con problemas mentales, “una tarea pendiente”, según la mandataria.
El plan de May se completará con programas de construcción de vivienda y re-industrialización, sobre todo en el más empobrecido norte de Inglaterra.
Sin embargo, el jefe de los Liberales Democráticos, Tim Farron, sostuvo que May “recita palabras vacías”.
“Está claro que esta Primera Ministra conservadora y ‘pro-Brexit’ no tiene intención alguna de combatir las injusticias sociales y divisiones en la sociedad. Sólo hace falta ver lo que hizo hasta ahora al respecto”, sostuvo el político opositor.
“May ha utilizado cada oportunidad para desestimar las preocupaciones de aquellos que no están de acuerdo con ella. No olvidemos que ella calificó a aquellos que se sentían ‘ciudadanos del mundo’, como ‘ciudadanos de ninguna parte’”, agregó.
Según Fallon, la Primera Ministra “no destinó el dinero necesario para el Servicio Nacional de Salud (NHS), y encabeza un gobierno que se contenta con anunciar en todo momento iniciativas divisorias y despreciables”.