Hamburgo inaugura una espectacular sala Filarmónica

Hamburgo inauguró oficialmente este miércoles su espectacular Filarmónica, con la que la ciudad del norte alemán se ha dotado de una atracción de renombre internacional, con diez años de retraso y un presupuesto diez veces superior al previsto.
La canciller Angela Merkel y el presidente Joachim Gauck asistieron a la velada del concierto inaugural, bajo fuertes medidas de seguridad en la deslumbrante sala, con capacidad para 2.100 espectadores, diseñada por el estudio de arquitectos suizo Herzog & De Meuron.
El programa de tres horas de duración que incluyó piezas de Beethoven y Wagner, recibió una ovación de pie.
Hamburgo inauguró oficialmente este miércoles su espectacular Filarmónica, con la que la ciudad del norte alemán se ha dotado de una atracción de renombre internacional, con diez años de retraso y un presupuesto diez veces superior al previsto.
La canciller Angela Merkel y el presidente Joachim Gauck asistieron a la velada del concierto inaugural, bajo fuertes medidas de seguridad en la deslumbrante sala, con capacidad para 2.100 espectadores, diseñada por el estudio de arquitectos suizo Herzog & De Meuron.

El programa de tres horas de duración que incluyó piezas de Beethoven y Wagner, recibió una ovación de pie.
“El alumbramiento fue difícil, pero ellos han adoptado al niño”, se congratulaba el alcalde de Hamburgo, Olaf Scholz, refiriéndose durante un encuentro con la prensa a la reacción de sus 1,7 millones de conciudadanos tras la ardua finalización de la construcción del edificio, que costó 789 millones de euros.
Desde su apertura al público, hace ocho semanas, la Filarmónica del Elba, apodada “Elphie”, atrajo a medio millón de visitantes y ya se vendieron las 500.000 entradas disponibles para las actividades previstas de aquí hasta el verano (boreal).
“Nunca había sido construido algo así”, escribía semanas atrás el crítico Peter von Becker.
Elevándose en el extremo de un muelle sobre el río Elba, la Filarmónica fue construida sobre un viejo depósito, del cual sólo se conservaron las paredes exteriores de ladrillo. Encima se levanta una estructura de vidrio que en su parte más alta adquiere forma de olas.
Elphie alcanza los 110 metros de altura, dominando la “Speicherstadt” (zona de antiguos depósitos construidos sobre pilotes), cuyas calles son canales y puentes, un barrio inscrito el año pasado en el Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Pero, el edificio, que costó diez veces más de los 77 millones de euros presupuestados inicialmente, no ha escapado a la controversia, y su construcción estuvo a punto de ser abandonada a causa de un conflicto entre las autoridades locales, los arquitectos y la empresa constructora Hochtief.