Hollande intenta apaciguar los suburbios tras la presunta violación de un joven negro

A menos de tres meses de las elecciones presidenciales en Francia, el Gobierno busca apaciguar la tensión surgida en los suburbios del norte de París tras la presunta violación con una porra de un joven negro durante un control policial.

“Tiene que haber justicia”, declaró el presidente François Hollande durante una visita a Aubervilliers, un suburbio del norte de la capital francesa a unos 10 kilómetros de Aulnay-sous-Bois, la localidad donde Théo, un joven de 22 años, afirma haber sido sodomizado con una porra por unos policías.

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Sin embargo, el presidente condenó firmemente los actos “inaceptables” de violencia urbana registrados en varias localidades de la periferia parisina desde el incidente ocurrido el 2 de febrero.

“No podemos aceptar que a causa de un drama, que yo mismo condené, haya desmanes”, señaló Hollande, que visitó al joven la semana pasada en el hospital donde fue operado por heridas graves en el recto.

La presunta violación que sufrió este joven ha atizado las tensiones entre la policía y los vecinos de estos suburbios, habitados en su mayoría por inmigrantes o descendientes de éstos.

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Decenas de personas han sido detenidas en los últimos días. Al menos 25 fueron arrestadas en la noche del lunes tras actos violentos que incluyeron la quema de vehículos y lanzamientos de cócteles molotov, según fuentes policiales.

De los cuatro policías presentes durante el arresto, uno fue imputado por violación y los otros tres, por violencia.

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Le Pen denuncia el silencio

Pese a los buenos resultados que obtuvo en los suburbios en las presidenciales de 2012, Hollande fue acogido fríamente por los residentes.

“¡Policía, violadores, asesinos!”, gritó una vecina al paso del jefe del Estado, en una muestra de la tensión reinante.

“Tendría que haber venido antes”, estimó por su parte Nadia, de 50 años y madre de cuatro hijos. “Aquí no hay nada para nuestros hijos”, señaló.

Pese a una década de políticas públicas, las disparidades entre estas zonas desfavorecidas de Francia y el resto del territorio siguen siendo preocupantes.

En los 1.436 barrios “prioritarios” de Francia, la tasa de desempleo es del 26,7% frente al 10% a nivel nacional. Además, el 42% de los habitantes vive bajo el umbral de pobreza (establecido en 11.871 euros por año).

Esta problemática estuvo ya en el centro de los disturbios de 2005, que dejaron más de 10.000 automóviles incendiados y decenas de edificios públicos destrozados a raíz de la muerte de dos adolescentes electrocutados cuando huían de la policía en Clichy-sous-Bois.

El Gobierno teme una multiplicación de los disturbios en los barrios periféricos, hasta ahora ausentes de los debates electorales a diez semanas de la primera vuelta de los comicios presidenciales.

Hollande, hundido en los sondeos tras un impopular primer mandato, renunció a optar a la reelección.

Su Gobierno ha sido vivamente criticado por la gestión de este caso, sobre todo por la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, que según los sondeos, encabezaría la primera vuelta de los comicios del 21 de abril.

“El Gobierno se mantiene en un silencio que refleja tanto su cobardía como su impotencia”, acusó Le Pen, quien lanzó una petición en apoyo a la policía.

El primer ministro, Bernard Cazeneuve, defendió sin embargo el balance del Gobierno socialista.

“No fuimos nosotros los que eliminamos 13.000 puestos de policías y gendarmes, creamos 9.000”, apuntó, en una crítica al precedente Gobierno de derecha de Nicolas Sarkozy (2007-2012).