Instituto de Investigaciones Biomédicas, 75 años como líder en investigación

Ciudad de México- El doctor Ruy Pérez Tamayo tiene fervor en la creencia de que la madurez intelectual se alcanza cuando se aprende a vivir y al reconocer que hay muchas cosas que todavía no sabemos y, al mismo tiempo, aceptando, utilizando y disfrutando las que sí se saben.

Para Pérez Tamayo, quien es considerado pionero en la investigación y divulgación científica en nuestro país, la sociedad del conocimiento y la investigación son clave fundamental para que se puedan desglosar las incógnitas derivadas del interés humano sobre su propio origen y funcionamiento, así como del resto del universo.

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En su artículo “La investigación biomédica en México”, Pérez Tamayo explica que a nivel de especialidad profesional, la investigación biomédica se originó en Occidente, pasando por cuatro fases clave que permiten entender la esencia de su función actual.

La primera fase está en la medicina primitiva que tiene un carácter mágico religioso; después la medicina hipocrática, que en el siglo V a. C. renuncia al ámbito sobrenatural para explicar los fenómenos; la medicina científica, que en 1543 renuncia a la tradición y autoridad; y en la cuarta fase se destaca la emergencia del investigador científico por la indagación y desarrollo de nuevos métodos y herramientas para la descripción de dichos fenómenos.

La profesión de investigador biomédico en México se remonta al año de 1916, reforzando su presencia en 1937 a través de la llegada de exiliados españoles que permiten su institucionalización en 1939, para llegar finalmente a consolidarse en la segunda mitad del siglo XX.

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En este contexto, el Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO) es un centro dependiente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que en 2016 celebró su aniversario número 75 al servicio de la investigación, el estudio de fenómenos biológicos a nivel molecular, celular, organísmico y poblacional y la proyección de sus conocimientos y tecnologías al entendimiento y solución de las enfermedades humanas.

Un poco de ciencia con historia

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Fue en 1941, bajo el cobijo de la Antigua Escuela de Medicina, que se creó el Instituto de Investigaciones Biomédicas, llamado anteriormente Laboratorio de Estudios Médicos y Biológicos y que para el año de 1945 adquirió la categoría de instituto de acuerdo con la hoy Ley Orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Nueve años después, el instituto se trasladó a una de las instalaciones que actualmente ocupa en Ciudad Universitaria, recibiendo el nombre de Instituto de Estudios Médicos y Biológicos, y para 1969 se cambió oficialmente el nombre por el que se conoce ahora.

Pionero y líder en investigación en México

Las aulas del IIBO han sido testigo de una parte significativa de la investigación biomédica básica llevada a cabo en el país, resultado reflejado en las más de mil 200 publicaciones internacionales que en la última década se han realizado.

“Se ha tratado que el Instituto de Investigaciones Biomédicas mantenga el liderazgo en investigación que se ha forjado a lo largo de todos estos años”, explicó en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt la directora del instituto, Martha Patricia Ostrosky Shejet.

La doctora Ostrosky ha sido investigadora del centro por más de 35 años y su principal interés ha sido el tema de la susceptibilidad individual de las personas a través de la interacción de los genes con el ambiente.

Para la directora, el papel de biomédicas en el desarrollo de áreas de investigación novedosas en México ha sido fundamental para la creación de nuevos departamentos y centros de investigación en Ciudad Universitaria, la Ciudad de México y otros estados del país, como el Instituto de Neurobiología en Querétaro, el Instituto de Biotecnología y Centro de Ciencias Genómicas —ambos ubicados en Cuernavaca—, por mencionar algunos.

Biomédicas ha sido una institución reconocida por los trabajos que realiza, entre los que destacan los efectos de la cisticercosis, protocolo en el que la directora reconoce la labor de los investigadores del centro como el medio por el que se han reducido las estadísticas de este padecimiento en México a través de la vacuna contra la cisticercosis porcina.

Con el principal objetivo de tener vínculos con el sector salud del país, el IIBO ha establecido Unidades Académicas Periféricas en diversas instituciones hospitalarias como en los institutos nacionales de Pediatría, de Psiquiatría Ramón de la Fuente, de Enfermedades Respiratorias, de Cancerología, de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, entre otros.

Asimismo, se buscó el vínculo con otras instituciones educativas que trajo como resultado la creación de la Unidad Foránea Xalapa en el año 1989 y la Unidad Foránea Tlaxcala para 2001 en las instalaciones del Centro de Investigaciones Fisiológicas de esa misma universidad.

Comunidad biomédica

Actualmente el instituto cuenta con cuatro departamentos: Biología Celular y Fisiología, Biología Molecular y Biotecnología, Inmunología y Medicina Genómica y Toxicología Ambiental.
En cuanto al personal académico de este centro, hay un total de 95 investigadores, 83 técnicos académicos y 154 administrativos. Se cuenta además con una organización de 75 grupos de investigación, de los cuales 19 se encuentran en las Unidades Periféricas Foráneas.

La formación de recursos humanos a través de la participación activa en diversos programas docentes ha sido otro ámbito por el que IIBO se ha destacado, programas como el doctorado en ciencias biomédicas, maestría y doctorado en ciencias bioquímicas, maestría y doctorado en ciencias biológicas, maestría y doctorado en ciencias médicas, odontológicas y de la salud, maestría y doctorado en ciencias de la producción y salud animal de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, así como del Plan de Estudios Combinados en Medicina.

“He tenido la oportunidad de tener en este equipo de trabajo a gente joven que ha enriquecido el quehacer científico en el país, la gente con experiencia es muy valiosa pero no se complementaría sin las ideas de la gente que se va a abrir nuevos caminos”, explicó Patricia Ostrosky.

Para la especialista, muchas de las investigaciones que se desarrollan en el país se hacen de manera individual y la búsqueda en la vinculación interdisciplinaria para el desarrollo de nuevos e innovadores protocolos es uno de sus objetivos en el futuro cercano.

Se reconoce la labor del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), que ha permitido el desarrollo del Laboratorio Nacional de Citometría, considerado por la directora como el más importante del país en su rubro. Y la futura creación de un laboratorio nacional que permita el mantenimiento de animales transgénicos o de criopreservación.

La labor de la Gaceta Biomédicas

El IIBO divulga sus conocimientos e investigaciones a través de revista de alto impacto a nivel nacional e internacional y es por ello que ha adquirido el reconocimiento que tiene en la actualidad, “la ciencia no puede quedarse localizada, debe salir a nivel internacional”.

A nivel nacional, la Gaceta del IIBO tiene la función de divulgar los conocimientos que se generan en el centro.

Sonia Olguín, quien colabora en la publicación de la Gaceta de manera mensual como jefa de prensa e información, explicó que este medio tiene 20 años de trayectoria.

“Se creó el departamento a finales de 1995 y en enero de 1996 salió el primer número, el cual inició con cuatro páginas”, afirmó.

Actualmente la extensión de la Gaceta es de 16 páginas y tiene un tiraje de cinco mil ejemplares, los cuales se distribuyen de manera personalizada; es decir, tienen a sus lectores de manera selecta, pues se considera solo a aquellos que estén interesados en los contenidos que el instituto desarrolla.

La Ciudad de México, los estados del interior de la república, Estados Unidos y diversos países de Latinoamérica son algunos de los puntos de distribución que esta publicación maneja periódicamente.

“La Gaceta no es totalmente un medio de divulgación ya que hay cierto nivel en el lenguaje con el que se escribe y el objetivo es dar a conocer técnicas de investigación que tal vez puedan llamar la atención de especialistas en otras partes del mundo y así establecer colaboraciones”, comentó Sonia Olguín.

A 75 años del surgimiento de este instituto, se espera que se mantenga vigente y siga siendo pionero en el ramo de investigación ya que los especialistas que laboran en este centro consideran que aún queda mucho por hacer y se debe reconocer la calidad de proyectos que se elaboran en el país.

“Considero que este instituto seguirá siendo un centro legendario, de gran renombre, en el que nos seguiremos enfocando en encontrar soluciones a los problemas nacionales y tener aún ese reconocimiento internacional como un instituto que hace investigación de calidad”, finalizó la directora.