Tijuana BC.- Llegaron para quedarse. Son casi 3 mil haitianos que decidieron quedarse en esta frontera para integrarse a las actividades productivas conforme sus posibilidades. Algunos trabajan por su cuenta vendiendo dulces, paletas de cajeta o fundas de celular. Otros lograron emplearse en algunas tiendas. Ayuda mucho saber español.
-¿Dónde lo pongo, jefe? – pregunta Jean Claude, un haitiano que trabaja en una distribuidora de abarrotes, al cargar un bulto de comida de perro de 25 kilos.
Salieron de los albergues a los que llegaron hace un año -en mayo se declaró la primer crisis humanitaria en la entidad, aunque el gobierno federal siempre lo negó-, y comenzaron a rentar departamentos en grupo para que las rentas que promedian 300 dólares les fueran más leves.
Algunos lograron cruzar a Estados Unidos gracias a una cita con un juez de migración, solo para encontrarse de nuevo en su destrozado país. De casi 16 mil haitianos, más de 8 mil fueron deportados a Puerto Príncipe.
Los restantes, los casi 3 mil 500 según el delegado de Instituto Nacional de Migración, Rodulfo Figueroa, decidieron hacer de Tijuana su hogar tras el arribo de Trump a la Casa Blanca.
Hoy ya rentan algunos departamentos, compran en supermercados con sus parejas y sus hijos, trabajan en algunas taquerías o en otros establecimientos. Son los nuevos ciudadanos de Tijuana, una ciudad que nunca le cerró la puerta a los recién llegados, y que hoy tampoco lo hará.
Haitianos se dedican a la mendicidad
Con información de Arturo Salinas
