El fiscal francés de lucha contra el terrorismo abrió una investigación después de que un automóvil portaba armas de fuego y un bote de gasolina fuese detenido tras su intento frustrado de atentar contra una furgoneta de la policía en los Campos Elíseos, en el centro de París.
El ministro del Interior francés, Gérard Collomb, dijo que el conductor del coche murió en lo que describió como “un intento de ataque” en un convoy de vehículos policiales en la avenida, escenario de dos ataques terroristas en tres meses.
Fuentes de la policía dijeron a medios de comunicación franceses que el atacante era un ciudadano francés de 31 años de edad, procedente del barrio parisino de Argenteuil, cuyo nombre estaba en una lista de vigilancia por su conocido vínculo con presuntos extremistas.
Collomb dijo que las armas y un recipiente de gas se encontraron en el coche. Fuentes policiales dijeron que las armas incluían pistolas y un rifle de asalto AK47. Los expertos en eliminación de bombas estaban en la escena.
Collomb dijo a periodistas que el intento de atentado contra las fuerzas de seguridad mostró que la amenaza terrorista “sigue siendo muy alta en nuestro país” y justificó extender hasta noviembre el estado de excepción que Francia ha estado sometido desde finales de 2015.
Ninguna otra lesión, incluyendo a los policías dentro de la furgoneta, fue reportada en el apisonamiento, que una fuente de la policía dijo a BFM TV se asemejó a un “ataque kamikaze”.
Eric Favereau, periodista del diario Libération que estaba en una moto detrás del convoy, dijo que vio a las furgonetas de la policía en un punto muerto cerca de la sala de exposiciones del Grand Palais y un coche que bloqueaba su camino, seguido de una explosión.
Favereau dijo que vio llamas procedentes del coche y la policía rompiendo las ventanas y sacando al conductor. Dijo que algunos policías luego tiraron del hombre al suelo mientras que otros utilizaron extintores para apagar el incendio.
La policía despejó el área y acordonó los Campos Elíseos, cerrando también una estación de metro cercana. La zona, popular entre los turistas, ha estado en alerta de alta seguridad desde que un oficial de policía fue baleado y asesinado en la avenida en abril.
Días antes de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Francia, Karim Cheurfi, un criminal convicto que llevaba una nota defendiendo el Estado Islámico, usó un rifle Kalashnikov para matar al policía antes de ser asesinado a tiros.
Francia ha estado en su nivel más alto posible de alarma de terror desde los ataques de Charlie Hebdo y París de 2015 y el ataque de camión de Niza de julio de 2016 que cobró casi 230 vidas. Miles de soldados y policías armados han sido desplegados para proteger los puntos de interés turístico.
Con información de The Guardian
