Investigan a diplomáticos españoles por el ataque contra su embajada en Kabul

Un juez de la Audiencia Nacional admitió este miércoles una querella contra quienes eran los dos máximos responsables de la embajada en Afganistán por la falta de seguridad en ésta cuando se perpetró un atentado mortal en 2015.

La querella, presentada por la familia de uno de los dos policías que fallecieron y otros siete agentes heridos, acusa de homicidio imprudente al todavía embajador, Emilio Pérez de Ágreda, y a quien entonces ostentaba la segunda jefatura de la legación, Oriol Solá.

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En su auto publicado este miércoles, el juez Santiago Pedraz indica que, según la querella, los responsables diplomáticos desoyeron las advertencias sobre las carencias de seguridad del recinto emitidas desde su construcción en 2008.

El edificio se encontraba fuera del perímetro de seguridad de la capital afgana llamado ‘zona verde’.

Cuando se produjo el atentado, Pérez de Ágreda estaba de vacaciones en España y quien estaba al mando era Oriol Solá.

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Según los querellados, éste “tampoco respetaba ninguna medida de seguridad” e incluso permitía “el trasiego de mercaderes que paseaban por la embajada, consintiendo la entrada de coches, furgonetas y camiones con joyas, alfombras y otros enseres”, recoge el juez en su auto.

Además, el día del atentado, el 11 de diciembre de 2015, los servicios secretos franceses alertaron del riesgo de atentado contra la embajada española pero no se tomaron medidas extraordinarias de seguridad, afirman los denunciantes.

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A juicio del magistrado, los hechos “tienen una primera apariencia de infracción penal”, por lo que procede investigarlos, señala la Audiencia Nacional en un comunicado.

Contactado por la AFP, un portavoz de Asuntos Exteriores español comprometió “la máxima disponibilidad” del ministerio y del embajador para colaborar con la justicia.

El ataque, reivindicado por los talibanes, empezó con la explosión de un coche bomba contra los muros de la embajada española.

Por el hueco provocado se colaron tres asaltantes armados y se produjo un tiroteo en el interior de la legación, hasta que los atacantes fueron abatidos con la ayuda de las fuerzas afganas y estadounidenses.

En este intercambio de disparos, fallecieron dos policías españoles y cuatro afganos.